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Entrevista Goal: David Deogracia: “En Bielorrusia tenemos rutina normal. Salir a la calle, ir a restaurantes y, claro, jugar al fútbol"

Jamás en la historia del fútbol, un solo país, terciario en la hiperactiva normalidad del calendario de competiciones, había conseguido ser protagonista de las miradas del resto del planeta. Semejante osadía, surrealista pero cierta, la está consiguiendo estos días Bielorrusia, pues su Liga es la más mediática del mundo ante la ausencia reinante en el resto de lugares . Es la única competición liguera que se está jugando actualmente, esquivando, regateando y casi desafiando, a la pandemia de coronavirus que está condicionante todo el escenario futbolístico. Un país que jamás estaba en la mirada, es hoy epicentro de interés pues su campeonato ha sido adquirido por 10 países para emitirlo por televisión, los hinchas están pagando entradas virtuales para que sus caras aparezcan en las gradas de cada estadio y, mientras, el presidente, Aleksandr Lukashenko, sigue desafiando las advertencias mundiales asegurando que su pueblo tiene el vodka como remedio para mantenerse en pie ante el caos generalizado.

En tal contexto, y pese a lo extraño de encontrar voces hispano-hablantes en suelo bielorruso históricamente, se encuentra un entrenador español. El grancanario David Deogracia trabaja como responsable del área técnica de la Academia formativa del Dinamo de Brest, actual campeón de Bielorrusia (el año pasado fueron noticia mundial al quitarle el reinado casi dictatorial al BATE Borisov), donde coincide con otro español, Armiche Vega. Ambos trabajan bajo las órdenes del técnico principal del club, el bielorruso Sergey Kovalchuk, e incluso hace un año y medio, allí tuvieron nexo con el mismísimo Diego Armando Maradona, cuando el argentino fue contratado de manera experimental, por el club para encontrar mediaticidad y abrir nuevos patrocinios.

Deogracia, es entrenador nacional, tiene dos Másters (Dirección de Equipo y Táctica / Fútbol Profesional), y es director deportivo por la RFEF, algo que siempre le permitió tener opciones de trabajo en diversos lugares del planeta. Un profesional devoto de su trabajo que no ha dudado nunca en embarcarse en aventuras en Marruecos, Thailandia o esta que actualmente lo llevó a Bielorrusia en 2017. Lo que nunca habría imaginado, es que su trabajo, como el de todos los bielorrusos vinculados al fútbol, iba a tener el ojo del resto del planeta casi con absoluta atención por el caos del Covid-19.

“De inicio, cuando la pandemia llegó a países de Europa y se hizo conocido para todos, nosotros en Bielorrusia pensamos que aquí podría pasar lo mismo que en el resto de lugares. Viendo que el número de infectados que había aquí, que era bastante más inferior al resto de países, fue cuando cambiamos un poco la perspectiva y pensamos que sí se iba a jugar, y así sucedió. Estábamos a la expectativa de un comunicado por parte de la Federación de Fútbol y del Ministerio de Sanidad y, cuando nos llegó ese mensaje, nos trasmitía fe en poder jugar con seguridad y tranquilidad para todos los futbolistas y miembros del staff de cada club, así como para el continuar cómodo de la competición porque había un número de infectados muy pequeño. Entonces, empezamos así el torneo liguero el 19 de marzo y se está jugando con normalidad en todo el país. Es más, los filiales también están jugando, pero desde juveniles hacia categorías inferiores, está paralizado todo, de momento, hasta nuevo aviso. Están esperando a ver qué sucede. Pero la 1ªDivisión y la Liga de los filiales, se juega como si nada sucediera y con total normalidad”, asegura David, que suma con su club ya 8 partidos disputados este curso, pues como campeones de Liga Bielorrusia, ya comenzaron a jugar la Supercopa el 4 de marzo, cuando el coronavirus estaba llegando justamente a toda Europa y se empezaba a ver como una amenaza.

“Llevamos una rutina de vida normal completamente. Yo puedo ir a la calle y entrar en cualquier bar, restaurante, supermercado, tienda y montar en bicicleta o hacer lo que quiera , puesto que no hay restricciones. Desde hace pocos días han puesto la limitación de que los locales sólo estén abiertos hasta las 23:00 y han empezado a recomendar que las personas que estén en riesgo de alguna enfermedad, los que se dedican a la venta directa o sean más débiles de salud, pues usen las mascarillas”, destaca, demostrando que en Bielorrusia la situación no toca el dramatismo que sí se está viviendo en otros lugares.

Esa aparente normalidad se aprecia también en sus propias vidas vinculadas a fútbol, pues siguen entrenando sin nada extraño: “A la hora de los entrenamientos, tenemos rutina normal. No hay división de grupos, no hay grupos reducidos, ni separaciones de vestuario ni nada. Se hace rutina normal, como si no pasara nada . Sorprende mucho cuando ves lo que está pasando en el resto del planeta pero bueno, es lo que se está llevando a cabo y aquí, de momento, no está habiendo mayores problemas”, asegura el canario con una sensación de paz que, desde luego, choca frontalmente con la vida diaria del resto de profesionales del mundo del fútbol.

Actualmente, el fútbol europeo sólo tiene actividad normal en Bielorrusia, pues el resto del continente sigue en absoluto encierro, algo que está generando situaciones únicas y jamás imaginadas para un torneo que, en condiciones normales, suele pasar absolutamente desapercibido hasta para los amantes del fútbol internacional: “Si es cierto que se han vendido por primera vez los derechos televisivos a ciertos países extranjeros. Se de buena tinta que lo han vendido a Rusia y Ucrania, pero hay más países donde ya se emite (un total de 10). Y si, se nota, claro que se nota. Están muy contentos, quieren demostrar que tienen buen nivel para intentar vender algún jugador al exterior y que se conozca tanto el fútbol bielorruso, como la Liga nacional. Lo están intentando aprovechar”, destaca David.

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Una de las sorprendentes variaciones que reflejan ese cambio de mentalidad de la Liga Bielorrusa estos días, se evidencia en que ante la posible demanda mundial de sus partidos, el club más grande del país, el BATE Borisov, puso a la venta la emisión de su partido para poder ser visionado desde cualquier lugar del mundo vía streaming por 1,99€: “Los derechos de cada partido son de la Federación. Creo que son suyos. Con lo cual, la Federación lo vendió a países exteriores , posiblemente, esa televisión le permite al club vender su propio partido para quien quiera. Pero eso demuestra nuevas tácticas de comercio y marketing nunca vistas por aquí con anterioridad. Además, está todo el mundo muy contento porque sabe que incluso en países como España se está hablando del fútbol de Bielorrusia, algo que no es normal, y buscan aprovecharlo y mostrarse como país de más nivel o de posibilidades”, asegura el entrenador español, cuyo Dinamo de Brest ganó la Supercopa la primera semana de marzo, está a un paso de la Final de Copa (ganó en la IDA de Semifinales 2-0 al Shakhtyor) y es tercero en la Liga tras ganar este fin de semana al Isloch (3-1).

“Estamos viviendo la situación con un poco de preocupación, sobre todo por lo que sucede en España. Yo tengo en Gran Canarias a mi familia, mi mujer y mis dos hijas. Están todos confinados en casa. Me comunico con ellas, por video-llamadas, tres o cuatro veces al día . Así yo les puedo expresar mi ayuda por si necesitan algo y, creas que no, vernos las caras siempre ayuda aunque yo aquí estoy bien en ese sentido porque la situación no es tan grave. Aunque eso no evita que ellas no se preocupen, ya que al no haber tantos contagios, mucha gente aquí no toma las medidas que, por ejemplo, ahora mismo para alguien que está en España, es extraño. Yo estoy actuando como si estuviera en España, tomando las medidas adecuadas de precaución . Salgo sólo a trabajar porque es mi obligación y regreso a casa, no hago nada más, salvo ir al supermercado a comprar lo que se necesite. Así que yo, como si estuviera en España”, apunta David, cuya mirada al problema del Covid-19 es mucho más ‘españolizada’ que la de todos los que lo rodean, pues la mirada hacia su país, su familia y sus orígenes, es lo que le hace estar doblemente precavido y concienciado pese a vivir esta situación a miles de kilómetros.

Mientras, Bielorrusia sigue su particular osadía futbolística y este fin de semana jugó sin problemas toda la jornada liguera. Este propio lunes aun resta un partido por disputarse y, desde el próximo jueves, arranca la siguiente jornada. Un campeonato único en Europa, que resiste y que, junto a Nicaragua, Burundi y Tayikistán, suponen ahora mismo, auténticos bastiones inalterables ante la amenaza del Covid-19.

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