Mauricio Pinilla no tuvo su esperada revancha en el Mineirao, mismo escenario donde en 2014 remeció uno de los palos del pórtico de Julio César en el minuto 119, cuando defendía a la Selección chilena e ingresó en el complemento frente a Brasil, en duelo válido por octavos.
Una acción que pudo cambiar la historia de La Roja en aquella Copa del Mundo, que quedó grabada en la memoria de todos los chilenos y que incluso el atacante se fijó en la piel y luego se borró.
Cuatro años más tarde, volvió al mismo recinto pero con Universidad de Chile y tuvo otra noche amarga. De hecho, en los primeros veinte minutos no participó, sufrió con la marca de los pupilos de Mano Menezes y recién a los 21 ganó un balón aéreo -tras un buen centro de Jean Beausejour- pero falló en la puntada final: ni rozó el palo.
Gustavo Flores, quien ofició de técnico tras la suspensión de Ángel Guillermo Hoyos, decidió reemplazarlo en el entretiempo para disponer del ingreso de Nicolás Guerra, que tampoco gravitó.
Finalmente, su equipo sufrió la peor derrota de un club chileno en la historia del certamen continental. Fue un inapelable 7-0 que se suma a la dura caída que los azules recibieron en el Campeonato Nacional, ante Unión La Calera, hace cuatro días: 6-1.
"Mis sinceras disculpas para la gente que pagó su entrada para ver este precario espectáculo, también a la gente en su casa y al hincha de la U que esto no nos puede pasar. Mientras yo esté presente en este equipo, esto no se volverá a repetir", fue su autocrítica tras el pitazo final en Quillota. Esta vez, tampoco cumplió...
.jpg?auto=webp&format=pjpg&width=640&quality=60)