España consiguió con la Constitución Española de 1978 tener una Carta Magna a la altura del resto de democracias europeas. No fue sencillo llegar a un acuerdo entre las distintas fuerzas políticas. Fueron siete los denominados padres de la Constitución, los autores históricos, pero responsables directos e indirectos se puede mencionar muchos más, incluso algunos ejercieron de testigos y actores secundarios, como el estadio Santiago Bernabéu y el propio Real Madrid.
En mayo de 1978 una serie de reuniones paralelas entre Alfonso Guerra (PSOE) y Fernando Abril Martorell (UCD) en la primera planta del Restaurante José Luis de la calle Rafael Salgado, situado enfrente del fondo norte del estadio del Real Madrid, fueron claves para acelerar y suavizar las negociaciones que se estaban realizando entre las distintas fuerzas políticas y que se estaban frenando por la lógica disparidad de opiniones de cada fuerza política.
Guerra y Abril, bajo una espesa nube de humo de tabaco, y en interminables noches que se alargaban junto a la presencia del dueño del restaurante, fueron pactando buena parte de los artículos más complejos. hasta 25 se llegaron a firmar en esas veladas intensas de debate y acercamientos, según aseguraba uno de los empleados del local a Goal, de aquella Constitución que iba tomando forma y tejiéndose sobre un mantel, cerrando viejas heridas y abriendo el camino de un nuevo país democrático.
Próximo partido
Para festejar este gran logro, después de tras tantas horas de trabajo en común redactando la Constitución, periodistas y parlamentarios disputaron un partido amistoso en la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid en junio de 1978 -situada por aquel entonces cerca del Hospital de la Paz- y donde Felipe González, futuro presidente del país -y secretario general del PSOE-, ejerció de improvisado portero.
La Constitución fue aprobada por las Cortes Generales en sesiones plenarias del Congreso de los Diputados y del Senado celebradas el el 31 de octubre, ratificada por el pueblo español el 6 de diciembre y sancionada por el Rey el 27 de diciembre.