Las victorias no se miden siempre igual. Hay un contexto, unas causas y unas consecuencias que determinan más que un valor deportivo. Vaya si Somalia lo comprobó este jueves. ¿Quién será capaz de medir lo que simbolizó el triunfo frente a Zimbabue por 1 a 0? Desde las estadísticas, fue la primera victoria de esta Selección africana en un partido de clasificación mundialista. Fue la mayor hazaña desde su debut en 1980, en las eliminatorias previas a la Copa del Mundo de España. Desde un contexto político-social, el termómetro mide diferente.
¿Qué significa un gol en un país que está en guerra? Por empezar, el 1 a 0 es un poco de paz en una nación que sufre por un interminable conflicto bélico. Un poco de aire en una tierra que, a menudo, vive asfixiada. La guerra civil que se inició en 1991 ya causó 500 mil muertes y más de un millón de personas desplazadas del territorio.
De hecho, sólo en los primeros tres meses de 2019, más de 137 mil hombres y mujeres dejaron su lugar de origen, según informó la ONG “Consejo Noruego para los Refugiados”. La sequía, además de las balas, son otros castigos permanentes para los ciudadanos.
Hay más números preocupantes. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), es el octavo país con menor PIB per cápita (423 euros). Las consecuencias, por supuesto, están a la vista. Por eso, ¿quién puede medir esas enormes sonrisas por ese 1 a 0?
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