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Busquets tuvo un incidente con el árbitro al darle un balonazo tras el pitido final

Nadar para morir en la orilla. Así se podría resumir la segunda parte de la Selección Española en su intento por remontar un chocante 0-3 con el que se cerró la primera parte ante Inglaterra en el Benito Villamarín. Y es que el gol de Paco Alcácer en el primer balón que tocaba, y un postrero gol de Sergio Ramos en el minuto 97 no fueron suficientes para voltear el marcador final (2-3). Entre medias, Marcos Alonso había estrellado también un balón en el palo y a Rodrigo le habían escamoteado un claro penalti de Pickford cuando podía haberse metido dentro de la portería con el balón en los pies.

INGLATERRA ACABA CON LA ARMADA INVENCIBLE

Quizás por ese ‘quiero y no puedo’, quizás por ese penalti al limbo, y seguramente también por el hecho de que el colegiado decretó el final nada más marcar gol Sergio Ramos (sin ni siquiera dejar sacar de centro a los ingleses), provocó la ira de los jugadores españoles al final del encuentro contra el colegiado: el polaco Szymon Marciniak, quien ya arbitró la última Supercopa de Europa entre Real Madrid y Atlético.

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El resultado tras esas quejas españolas fue una tarjeta amarilla a Álvaro Morata por reclamar, y un curioso incidente con Sergio Busquets. Y es que el mediocentro culé le dio un balonazo aparentemente fortuito al propio árbitro polaco, lo que provocó que éste se acercase al jugador español para pedirle explicaciones, con una cartulina amarilla en la mano que finalmente no llegó a mostrar ni a registrar en el acta. Un incidente llamativo que no llegó a ser recogido ni siquiera por la señal de televisión, y que casi pasó desapercibido. 

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