La jugada del fin de semana para el fútbol argentino puede haber sido la patada en la espalda que le aplicó Alejandro Gómez a Lucas Biglia, uno de los símbolos de esta generación de la Selección argentina, y a un mes de que comience el Mundial.
Ya en Argentina y entrenándose pensando en Rusia, Sergio Agüero habló y salió al cruce del Papu: "Es normal que Lucas se enoje; si era yo lo esperaba en el túnel", contó en TyC Sports.
Por otro lado contó la posibilidad de jugar con Messi en Barcelona y la descartó: "Ahora es imposible, si era antes por ahí sí, pero a esta edad cada uno se va a quedar en el club en el que está". Además, confesó sobre su estado físico: "Después de cinco años, siento la rodilla como nueva".
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