ANÁLISIS
La grave lesión de Thomas Vermaelen, que estará de baja las próximas seis semanas y se perderá un mínimo de ocho partidos, incluyendo las visitas del Sevilla y el Real Madrid y los dos partidos de Champions League ante el Inter, complica la vida al Barcelona. El club azulgrana ha recibido doce goles en los once choques disputados, los mismos que la temporada pasada tardó treinta y tres partidos en encajar. Y en estas anda Ernesto Valverde, en reconstruir la solidez perdida sin la mitad de sus centrales.
Porque Samuel Umtiti no tiene ni siquiera fecha de regreso. El club informó el pasado 28 de septiembre de que sufre molestias en la rodilla y a pesar de que se haya especulado con que pueda pasar por el quirófano Ernesto Valverde asegura que "espero recuperarle pronto", una afirmación lanzada en tono de deseo pues lo único que tiene claro es que, en estos momentos, solo cuenta con dos defensas centrales en nómina, Gerard Piqué y Clément Lenglet.
El catalán es el único jugador de campo que lo ha jugado todo. No se ha perdido ni un solo minuto a pesar de que en ocasiones ha realizado "fallos imperdonables que han costado goles" tal y como él mismo admitió tras el empate a domicilio del Valencia. Pero Valverde ha recordado que "es el único central diestro que tenemos" cuando se le ha preguntado al respecto así que si había pocas posibilidades de que Piqué pudiera descansar, estas se reducen a cotas casi nulas. Lenglet, por contra, empezó la temporada en el banquillo para ir entrando en las rotaciones y alternar buenas actuaciones, como en Wembley, con otras más deslucidas, ante el Athletic Club.
Si no hay contratiempos Vermaelen no podrá reaparecer hasta el 2 de diciembre ante el Villarreal tras recuperarse de la que es la vigésimo novena lesión de su carrera. Se perderá, pues, ocho partidos en los que está por ver si Umtiti se recupera a tiempo. El francés acudió a la ciudad deportiva para realizar trabajo específico el lunes a pesar de ser festivo. Solo han pasado dos semanas desde que causara baja ante el Athletic Club y tampoco en Mestalla el Barcelona pasó del empate a pesar de la evidente mejora en el juego y la actitud del equipo.
La progresión debe continuar en el complicado tramo que el cuadro azulgrana tiene ante si. Aunque sea con solo dos defensas. Ninguno de los dos puede permitirse ni un catarro o el frágil equilibrio barcelonista puede verse comprometido. El Sevilla, el Inter y el Real Madrid serán la prueba de fuego para el equipo.
