Cuando, a principios de abril, parecía que Boca se encaminaba con tranquilidad rumbo a una consagración anticipada en la Superliga, un par de derrotas consecutivas frente a Defensa y Justicia e Independiente, sumadas al sorpresivo andar de un Godoy Cruz que encadenó seis triunfos en fila, llegaron a poner en duda la coronación del Xeneize.
Y aunque la racha de triunfos del Tomba se cortó contra Banfield en la fecha 24 y el Xeneize pudo recuperar una diferencia de seis puntos con nueve por disputar, la postergación del partido del Xeneize contra Gimnasia volvió a estirar la definición del torneo y hasta le dio la chance al Tomba de subirse a la punta durante 24 horas: tras sus triunfo sobre San Martín de San Juan y Argentinos Juniors, el conjunto mendocino alcanzó la línea de Boca, con dos partidos más.
Sin embargo, el triunfo 2-0 sobre Unión volvió a llevar tranquilidad a los dirigidos por Guillermo Barros Schelotto, que necesitaban un punto en los dos partidos restantes para dar una nueva vuelta olímpica. En el escenario más trágico, perdiendo ante Gimnasia y Huracán y con triunfo de los mendocinos ante Tigre, debía jugarse un desempate.
- Para ser campeón este miércoles 9 en La Plata, frente a Gimnasia, Boca debía ganar o empatar.
- En caso de no coronarse en el partido postergado, si perdía ante el Lobo, la definición quedaría para la última fecha, en la que solamente hubiera necesitado un punto o que Godoy Cruz no venciera a Tigre.
