Si hay algo que caracteriza al fútbol paraguayo es su capacidad para producir marcadores centrales. Y en esa línea histórica donde aparecen figuras como Celso Ayala, Paulo Da Silva o Julio César Cáceres, el último nombre en sumarse es el de Robert Rojas , no casualmente el jugador al que le había puesto el ojo Guillermo Barros Schelotto para sumarlo a Boca a mediados de 2017 y que, un año y medio después, se convirtió en refuerzo de River a cambio de "apenas" 1.4 millones de euros por el 45% y gracias a sus buenas actuaciones y las cláusulas del pase, en noviembre del 2021 cumplió con la obligación de compra del otro 45%.
Su llegada se produjo en enero del 2019, en el mercado posterior a la final de Madrid. En un par de fechas, después de comenzar como suplente y gracias a la rotación, comenzó a afianzarse como titular en la defensa del Millonario. Sin embargo, una lesión en cada uno de sus tobillos lo marginó hasta el partido con Tigre (abril de 2019), en el que convirtió su primer gol. De todas maneras y dada su proyección, se estableció una cláusula de rescisión de 25 millones de euros.
Durante ese año y tras la pandemia, se afianzó en el equipo y fue en el 2021, tras la salida de Gonzalo Montiel, que a su juego le agregó la variante de desempeñarse como lateral derecho, al no poder consolidarse Alex Vigo en ese puesto. Como si fuera poco, ya lleva nueve goles, la mayoría de ellos con el sello guaraní de ganar de arriba en el área rival.
El zaguero de 25 años es además una fija en las convocatorias a la Selección de su país, habiendo jugado 12 partidos en las actuales Elimiantorias, nueve de ellos como titular. Su debut en la Primera de Guaraní ocurrió antes de cumplir los 19 años, en el 2017 y, desde que jugó su primer partido como titular, el oriundo de la pequeña localidad de Peguahomi se convirtió en una pieza clave del Cacique, especialmente desde que Julio Cáceres -su gran referente en el puesto- fue suspendido por doping y quedó vacante un lugar en la zaga.
Rojas, que llegó a Guaraní a los 17 años y reconoció que más de una vez estuvo a punto de dejar el fútbol porque extrañaba a su familia, ya había jugado como lateral durante casi todo su trayecto formativo, pero en su segundo año en el conjunto de Asunción fue corrido al centro . Por eso, se caracteriza por su velocidad , aunque no es su única virtud: pese a que no se trata de un jugador muy alto (179 cm.), es muy fuerte en el juego aéreo porque sabe cómo posicionarse.
"Cuando llegué al club en una semana lo elegí capitán . Es un jugador joven, que a nivel internacional ha tenido todos partidos destacados. Es agresivo a la hora de ir sobre el hombre, tiene buen juego aéreo sin tener una altura superlativa, ataca bien el balón, es rápido . En el fútbol paraguayo marcó diferencia. Es muy joven y tiene varias cuestiones para evolucionar en el aspecto táctico fundamentalmente", lo elogió el técnico argentino Juan Manuel Asconzabal, quien lo dirigió en Guaraní, y agregaba en declaraciones a TyC Sports : "Podía ocupar cualquiera de los sectores defensivos del centro y la derecha. Si logra mantener la concentración en el fútbol argentino sería muy importante".
El Sicario, como lo apodaron en su país debido a su ferocidad en el juego, había llegado a River para cubrir un puesto que estaba debilitado por la partida de Jonatan Maidana. Y gracias a su constancia, se fue ganando el puesto. Por ese motivo y después de las experiencias con Benjamín Rollheiser y Fabrizio Angileri, se decidió la extensión de su contrato, que vencía en diciembre del 2023, hasta ese mes del 2024, con la cláusula de 25 millones de euros que, en la semana previa al fin de cada mercado de pases, puede elevarse un poco más.
