Partido muy táctico de parte y parte, con dos entrenadores que se conocen muy bien y que saben a qué juega el otro, por lo que la estrategia fue clave a la hora de disputar 90 minutos que brindaron emociones para ambas hinchadas en la noche bogotana.
Medellín planteó un partido cara a cara, sin reservas y enfocado en buscar la ventaja desde el primer minuto, pero se encontró con un local bien parado y con una sólida defensa que no permitió incursiones que pusieran en riesgo el arco de Moreno.
Los de Gamero entendieron el partido desde el primer minuto y plantearon un sistema de juego que con el pasar de los minutos se encargo de ahogar la ofensiva de la visita, dejando espacios para que Uribe y compañía se enfocaran en las tareas ofensivas.
El partido tuvo polémica sobre el final, con una fuerte entrada de Román que daba para roja directa, pero que no tuvo siquiera una amarilla, que también hubiera significado la expulsión del defensa de Millonarios.
Al final el 2-0 fue el reflejo del buen planteamiento táctico de Alberto Gamero, que supo descifrar la propuesta del Bolillo, que se fue con las manos vacías del Campín.
