Racing terminó goleando a Independiente (3-1) a domicilio, se apoderó de la punta de la Superliga a la espera del Boca - Defensa del domingo y los chilenos fueron factor fundamental para el festejo. Gabriel Arias atajó tres pelotas claves y Marcelo Díaz fue el líder defensivo del mejor equipo del campeonato local.

En el primer lapso, que arrancó con un "vamos a jugar" de Carepato para el 1, luego de que el meta que juega por Chile reclamara por un encendedor que cayó desde la tribuna roja, culminó con dos atajadas importantes que, en ese momento, mantuvieron la ventaja inicial. El ex Unión La Calera impidió, a quemarropa, los festejos de Martín Benítez y Pablo Hernández.

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"Me quedo con la de Domínguez. Sirvió para mantener la ventaja y el arco en cero en la segunda parte", reseñó Arias en el post-partido. La que consignó como su parada favorita fue una en la que salió con sus dos manos, y con riesgo, ante Cecilio Domínguez, que ya le había ganado en velocidad a Nery Domínguez y comenzaba a probar su gambeta. Ese mismo riesgo lo había tomado en el borde del entretiempo, cuando amagó a Martín Benítez en la salida del área en una acción que le confirmó una tarjeta. El ecuatoriano Fernando Gaibor fue el único que lo batió, a boca de arco tras la asistencia de Gonzalo Verón.

"Esta era una prueba de carácter para dejar atrás los malos partidos que habíamos hecho. Lo ganamos desde meter, correr, la intensidad que le metimos en la hora de la marca", añadió Arias, que mira de reojo la Copa América de 2019: "Espero seguir con este nivel y poder estar ahí por mucho tiempo".

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Chelo, en todas

Díaz es uno que lo podría acompañar a la competición de selecciones, ya que Reinaldo Rueda lo miró in situ en el Libertadores de América. El campeón con la U de la Sudamericana fue el mediocentro, pero también central cuando Leonardo Sigali se retiró del campo de juego por el choque con Tucu Hernández.

En el clásico de Avellaneda, el Chelo acertó 38 pases entre 46 intentos, recibió y le dieron (en total, fueron tres faltas en contra y tres las suyas -y una amarilla por cortar el avance de Cecilio-) y hasta probó los guantes de Martín Campaña cuando la Academia estaba en su peor momento del partido.