MERCADO
Antoine Griezmann está al caer, esta vez sí. De hecho, en esta ocasión el Barcelona no ha querido dejar ningún cabo suelto y trabaja para asegurarse la presencia del francés así como la de Neymar Da Silva, el gran objetivo del verano tras hacerse pública su voluntad de regresar al Camp Nou, este mismo verano. Las negociaciones por el brasileño no se prevén fáciles, motivo por el cual el cuadro azulgrana negocia desde el jueves con el Atlético de Madrid con la vocación que el club colchonero acepte prorratear el pago de los 120 millones que costará la rescisión de Griezmann a partir del lunes para tener músculo financiero suficiente y convencer al PSG de que suelte a Neymar.
Dicho de otro modo, el Barcelona no necesita visto bueno alguno del Atlético para fichar a Griezmann, pues se hará con sus servicios pagando la cláusula. Sin embargo, Josep Maria Bartomeu pretende que el club madrileño acceda a fraccionar este pago a cambio de una cantidad ligeramente superior a la cláusula, pues ha planteado poner seis millones de euros más hasta alcanzar los 126 millones, exactamente la misma cantidad que los colchoneros pagarán al Benfica por hacerse con los servicios de Joao Félix, que será el recambio de Griezmann.
El Barcelona entiende que con su propuesta le va a permitir al Atlético realizar el fichaje más caro de su historia sin que la tesorería sufra el más mínimo impacto económico, pues sería el Barcelona quien financiara, Griezmann mediante, el total de la suma que el Atlético pagará al Benfica. De todas formas se desconoce la respuesta colchonera a la propuesta azulgrana, que busca aligerar el gasto en fichajes para no tener que elegir entre uno u otro. Si el Atlético no accede a ello el club catalán deberá replantearse la estrategia o repensar la viabilidad de traer tanto a Griezmann como a Neymar. Por lo pronto el francés costará 120 millones a partir del lunes.
