"Lateral derecho, central izquierdo, lateral izquierdo: para mí es lo mismo", dice Benjamin Pavard. "Tienes que ser capaz de defender. Soy feliz en todas las posiciones".
La mayoría de jugadores no estarían tan encantados con ese papel de comodín, pero la naturaleza multifacética del juego de Pavard lo ha llevado a la cima del fútbol a la tierna edad de 22 años.
Su inclusión en la convocatoria de Didier Deschamps sorprendió a algunos, pero no se esperaba que Pavard tuviera mucho tiempo de juego en Rusia debido a la presencia de Djibril Sidibé. Las molestias del lateral del Mónaco hicieron que el jugador del Stuttgart fuera titular en la gris victoria de Francia ante Australia.
Ciertamente Francia ha mejorado mucho desde entonces, y Deschamps se ha esforzado en mantener un equipo compacto, con Matuidi en el extremo y manteniendo en el equipo tanto a Lucas Hernández como al propio Pavard.
Nadie en el fútbol francés habría previsto el notable ascenso de Pavard cuando dejó Lille hace dos años, pero la decisión que lo llevó a abandonar su club de la infancia ha dado sus frutos de una forma que ni él hubiera creído posible.
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Frustrado por la falta de oportunidades en el primer equipo del estadio Pierre-Mauroy, Pavard dio el valiente paso de mudarse a otro país y bajar una categoría con el Stuttgart, que acababa de descender a la 2.Bundesliga por primera vez en 41 años.
El movimiento, comprensiblemente, extrañó en su tierra natal, pero su riesgo rápidamente comenzó a dar sus frutos; el Stuttgart ascendió ese mismo año y el equipo ha finalizado séptimo en su regreso a la Bundesliga, con Pavard desempeñando un papel vital.
"Muchos dijeron que mi carrera se estancaría porque el Stuttgart estaba en segunda división cuando llegué, pero fue bastante bien", dijo Pavard a Goal. "Hice grandes progresos como jugador. Estoy jugando al fútbol con regularidad, jugando para un club alemán de primer nivel, ante gradas llenas domingo tras domingo... Todo va bien".
Actuando de central, de lateral derecho y hasta de pivote en el centro del campo durante el año que el Stuttgart estuvo en 2.Bundesliga, Pavard consiguió asentarse en el corazón de la defensa poco después de la llegada del nuevo técnico, Tayfun Korkut.
El hecho de jugar con regularidad en un solo puesto permitió a Pavard alcanzar su mejor versión, mostrando buena técnica con el balón y una gran capacidad para leer situaciones y adelantarse a los hechos. Sus actuaciones han despertado el interés de grandes equipos de Europa, y su papel en Rusia no ha hecho más que aumentar todo esto.
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"Hablaremos del futuro cuando regrese", dijo el director deportivo de Stuttgart, Michael Reschke, a la página oficial de la Bundesliga. "Asumimos que jugará para el Stuttgart la próxima temporada y que después de eso estará en uno de los mejores seis u ocho clubes de Europa. Pero pondremos todo para convencerlo de seguir jugando en Stuttgart porque es un jugador de vital importancia".
Queda por ver si el Stuttgart puede conservar a Pavard durante este verano, pero es un hecho que desde que llegó a Alemania su progresión ha sido imparable y tarde o temprano acabará en un equipo puntero del continente europeo.
