Todo mal. La victoria ante Viktoria Plzen, por la Champions League, no fue más que un estiramiento de la agonía. Luego de la caída ante el Levante, llegó el golpe de nocaut del Barcelona. Y el final de Lopetegui.
La mala racha empezó en el Ramón Sánchez Pizjuán, y además lo hizo de la peor manera, con un primer tiempo terrible de los blancos, que se fueron perdiendo al descanso 3-0. Aunque el resultado no se movió más, el gesto empezaba a torcerse tras el primer test serio que afrontaba el equipo tras la Supercopa de Europa.
Solo tres días después, el Santiago Bernabéu acogía el segundo derbi de la temporada ante el Atlético de Madrid, una contienda que debía ser la revancha por el título europeo, pero los blancos no pasaron del empate a cero en su segundo encuentro consecutivo sin ver puerta.
La Champions League siempre ha servido al Real Madrid para aliviar todos los problemas, pero en esta ocasión tampoco fue antídoto: el conjunto de Lopetegui cayó derrotado en Rusia ante el CSKA de Moscú por la mínima (1-0).
Después del compromiso europeo el balón de la Liga volvía a rodar, pero la dinámica no cambió para el Real Madrid, que volvió a ser superado por un Deportivo Alavés que está sorprendiendo a propios y extraños en este inicio de campaña: 1-0 en el descuento para seguir cavando la tumba a los blancos.
El parón internacional se iba a hacer demasiado largo para el Real Madrid en este escenario, pero ni ese impás en las competiciones de clubes ha servido para ayudar al equipo, que ha caído con estrépito en el Santiago Bernabéu ante el Levante (1-2). Además, el equipo ha registrado la peor racha goleadora de su historia: 481 minutos sin anotar.
