Primer lugar del Hexagonal rumbo a Rusia 2018 y segundo en el grupo A de la Copa Confederaciones 2017. Ningún resultado deportivo pone en duda la capacidad del estratega; sin embargo, son sus esquemas tácticos y alineaciones las que, en diversas ocasiones, generan más incertidumbre que seguridad.
No es necesario que el colombiano haga ocho cambios de un duelo a otro; le basta con hacer dos o tres para hacer cambios que desconciertan a propios y extraños. Pero Osorio sabe y está muy consciente de que tiene el respaldo de sus jugadores, antes que nada.
El técnico de la Selección mexicana ha demostrado que más allá de competir frente al rival en turno, lo hace frente a él mismo y su inamovible estilo de juego. Osorio es tan fiel que se casa con su idea y la ejecuta cada que puede sin importar lo que la gente diga. Solo una vez ha muerto con la suya, pues, regularmente, sus movimientos le salen, aunque haya problemáticas.
Aunque el técnico colombiano sorprenda con una alineación o un nuevo jugador en la cancha, sus elementos trabajan en pro del grupo: "o todos o ninguno", una ley de juego.
Cuando parecía que el camino comenzaba a ser más oscuro para el Tri, llegó un gol, a consecuencia de una equivocación del rival, quizá, pero se igualó la pizarra. Minutos después cae el segundo tanto, el menos predecible.
"Cuando descubras que tú puedes ser tu mayor fan dejarás de buscar o mendigar el reconocimiento y aprobación de los demás. Ya lo tienes y eres todo", publicó Imanol Ibarrondo en su cuenta de Twitter en días pasados. El trabajo en conjunto y la mentalidad ganadora es lo que impera en las sugerencias del psicólogo del Tri.
Los jugadores lo tienen claro y siguen los pasos del terapeuta español. Aprendieron que no hay nada más importante en el campo, que respaldar a los suyos.
