OPINIÓN
Costó un millón de euros en el verano de 2015. Apenas un millón de euros. Ese fue el precio de su repesca del Espanyol tras haberse formado en la cantera del Real Madrid. Un precio irrisorio. Y es que el valor que tiene Lucas Vázquez a día de hoy para el club blanco es incalculable. Sitios especializados lo tasan en 25 ‘kilos’, lo cual significaría ya de por sí una revalorización astronómica. Sin embargo, podría quedarse hasta corta, vista su influencia en el vestuario merengue y, sobre todo, su rendimiento sobre el campo. Lucas ha pasado de ser simplemente un sustituto habitual a ser insustituible en el Real Madrid.
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Se lo ha ganado. Y no hace falta mirar muy atrás para corroborarlo. Este miércoles en Múnich fue uno de los grandes protagonistas de la victoria blanca ante el Bayern. Zidane optó por él de titular para reforzar la banda de Ribéry y explotar la baja de Alaba en defensa. Cumplió con creces en defensa, incluso cuando tuvo que jugar de lateral por la lesión de Carvajal. Y también, por supuesto, en ataque, donde dejó una asistencia a Marco Asensio que puede valer una final de Champions League. Nada más y nada menos.
Antes, Lucas ya había sido clave ante la Juventus forzando el mundialmente mentado penalti que transformó Cristiano Ronaldo. En París fue fundamental saliendo de la partida para tomar el Parque de los Príncipes (dio incluso una asistencia). Fue titular ante el Borussia Dortmund en el Santiago Bernabéu y marcó un gol clave para la victoria final (3-2). Qué decir del penalti en San Siro en la final de Milán. Y así, un partido tras otro. El gallego se antoja infalible en cualquier posición y bajo cualquier circunstancia: profesionalidad, entrega, eficacia y talento al servicio del Real Madrid.
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Próximos partidos
De ahí también, sus sobresalientes números esta temporada: es el jugador español de La Liga que más asistencias ha repartido esta temporada entre todas las competiciones (12); es su temporada con más asistencias desde que llegó al Real Madrid; el equipo blanco no ha perdido nunca en Champions League mientras que él fuera titular; etcétera. Baremos de crack. De un jugador insustituible para el club blanco… y para la selección española de cara al próximo Mundial.
