OPINIÓN
Cuando el río suena...y llevaba sonando varios días. Yannick Carrasco ha dejado el Atlético de Madrid para irse al Dalian Yifang horas antes del cierre de mercado en China en una operación que cuesta entender a nivel puramente deportivo por la situación que atraviesa el conjunto rojiblanco a estas alturas de la temporada.
OFICIAL | Gaitán y Carrasco se marchan a China
El Atlético abordará el mes de marzo estando vivo tanto en Liga -a siete puntos del Barcelona- como en Europa League -en octavos de final emparejado con el Lokomotiv de Moscú-, con una carga de partidos en la que los hombres de Diego Pablo Simeone deberán multiplicarse. Y ahí es precisamente donde la plantilla va a quedarse corta sin la presencia de Yannick Carrasco, un jugador que ha disputado casi 1.500 minutos este curso.
El extremo belga ha tenido algún encontronazo con el 'Cholo' e incluso ha sido pitado en alguna ocasión por la afición atlética por su indolencia, su falta de actitud o su egoísmo en acciones puntuales -como contra el Qarabag, cuando se marchó andando tras ser sustituido con empate a cero en el marcador y el Atlético jugándose el pase a octavos de final de la Champions League-.
Dejando esto a un lado, la aportación de un jugador de las características y la calidad de Carrasco habría sido muy importante en este tramo final de temporada donde los rojiblancos se siguen jugando los títulos. Aunque ha mostrado sus credenciales de una manera irregular, el desborde y la velocidad del belga habrían sido un arma muy a tener en cuenta para las situaciones en las que se pueden encontrar el Atlético y Simeone en las próximas semanas.
También habría que preguntarse qué pinta un jugador como Carrasco a sus 24 años, a tres meses del Mundial y con todo el futuro por delante en una plaza como la Superliga China, pero eso ya es otro tema.
