Uruguay-Argentina 1930Uruguay-Argentina 1930

ENCICLOPEDIA MUNDIALISTA: Uruguay se corona en 1930 entre amenazas y proezas

Hablar de Uruguay 1930 sería como hablar del primer paso, de la imperfección en estado puro. Porque cuando uno empieza a andar tiene muchas caídas. Algunas provocadas por la impericia del bebé que se lanza a explorar el mundo, y otras por los obstáculos externos que se meten en el camino. Se ha escrito en el comienzo de esta Enciclopedia Mundialista que Europa patrocinó un boicot a la Primera Copa del Mundo tras conocerse que sería Uruguay el organizador . Este fue el primer obstáculo, pero habría más... 

ASÍ EMPEZÓ LA HISTORIA DE LA COPA DEL MUNDO

El estadio Centenario fue construído para la gran ocasión, pero nunca llegó a terminarse a tiempo (se inauguró el 18 de julio, cinco días después de comenzada la competencia); las fechas programadas para el Mundial serían del 15 de julio al 15 de agosto, pero sin embargo la cita se adelantó (al 13 de julio) y las 13 selecciones participantes finalizaron la contienda en tan sólo 17 días .

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En estos 17 días se dieron todos los primeros pasos: Lucient Laurent , de Francia, marcó el primer gol de la historia de la Copa del Mundo. Fue ante México , a los 19 minutos, en el match inaugural en el estadio de Peñarol de Montevideo . También en ese mismo encuentro el portero francés Thepot entró en la historia por ser el primero en abandonar un partido por lesión. Por entonces no se permitían los cambios y Francia jugó con 10, con el mediocampista Chantrell bajo los tres palos.

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Un día más tarde, en el partido que Rumania le ganó a Perú por 3-1 el defensa rumano Steiner se convirtió en el primer fracturado. El primer penalti lo convirtió Gonçalvez a los 15 minutos del primer tiempo del partido que los Estados Unidos goleó a Paraguay por 3-0; y a su vez, el portero argentino Ángel Bossio fue el primero en contener un penalti ante Manuel Rosas , en el encuentro en que Argentina venció a los aztecas por 6-3. En ese encuentro se marcó un récord, pues nunca antes un colegiado había pitado cinco penaltis en un solo match y lo hizo el boliviano Ulises Saucedo .

Las imperfecciones se sintieron en el campo. Los primeros pasos siempre son torpes. En el partido que Argentina venció a Francia por 1-0 , el colegiado brasileño Almeido Rego finalizó el partido seis minutos antes de los 90, justo cuanto el delantero francés Langiller se iba solo hacia la portería albiceleste. Esto produjo la protesta de la afición que invadió el césped. La policía reprimió duramente y se decidió reiniciar los últimos seis minutos, cuando los argentinos ya estaban en las duchas . Y volvieron a la cancha, pero no todos, Roberto Cherro se desmayó por los nervios de la situación y no finalizó esos minutos.

Otro caso curioso fue que el 21 de julio, cuando Uruguay, a través de Anselmo, convertía el 4-0 ante Rumania. En la cancha estaban el masajista y el ayudante de campo charrúas asistiendo a un delantero local que estaba lesionado. El gol debió haber sido anulado, pero nadie protestó siquiera.

Las amenazas, la garra charrúa y la mafia italiana

Todo conspiraba a que se repetiría la final de los de los Juegos Olímpicos de Amsterdam 1928 : Uruguay-Argentina . Y así fue. En el camino ambos conjuntos dejaron fuera a Yugoslavia y Estados Unidos por 6-1. Los yugoslavos, en protesta por un gol que le fue anulado y consideraron legítimo, jamás se presentaron al partido por el tercer puesto.

Argentina Uruguay World Cup 1930

Y comenzó la guerra del Centenario . Como no se decidían sobre el balón, la final se jugó con dos pelotas . En el primer tiempo con el balón argentino la albiceleste se imponía por 1-2 dando vuelta el gol inicial de Dorado para los de casa; en la segunda parte, con la pelota de Uruguay cambiaría la historia, pero primero hay que adentrarse en los vestuarios...

El considerado mejor jugador argentino, Luis Monti, recibió amenazas a él y a su madre para que no jugara el partido. Se supo más tarde que la mafia italiana enviada por Benito Mussolini era la encargada de los anónimos, con el fin de que jugadores albicelestes perdieran la final , sintieran la presión de los argentinos y dejen su país para poder llevárselos a la Azzurri .

Sucedió tal cual lo planificado. Monti reconocería años después que espías italianos le visitaron ofreciéndole una suma de cinco mil dólares mensuales de sueldo, una casa y un auto : "Fue maravilloso, todos los argentinos me habían hecho sentir una porquería, un gusano, tildándome de cobarde y echándome exclusivamente la culpa de la derrota en la final. Y de pronto me encontraba ante dos personas que venían del extranjero a ofrecerme una fortuna por jugar al fútbol. Durante aquel partido tuve mucho miedo porque me amenazaron con matarme a mí y a mi madre". El argentino firmaría contrato con la Juventus .

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En ese momento el equipo lo armaban la directiva junto con los jugadores más experientes, el entrenador no tenía mayor incidencia. En la Argentina, debido a una orden de los directivos, se decidió alinear en la final a Francisco Varallo en lugar del titular, Alejandro Scopelli . El jugador estaba lesionado y aclaró que no podía jugar, fue revisado por un médico que recomendó lo mismo. Sin embargo, debió entrar al campo. El resultado, tuvo que salir a los 15 minutos, y como no había cambios la Argentina afrontó más de 70 minutos con un hombre menos. Se supo luego que los directivos argentinos recibían dinero de los espías italianos...

El partido se jugó con fiereza en la cancha pero por sobre todo, en los vestuarios. Culminada la primera parte, la Argentina vencía por 1-2 pero el ánimo era de luto. Mientras el capitán charrúa José Nasazzi vitoreaba a los suyos a "poner pierna fuerte en cada pelota", en el vestuario albiceleste se escuchaba a Paternoster decir "Mejor que perdamos, sino aquí morimos todos". Monti recordaría luego que cuando regresaron al campo de juego había alrededor de 300 militares con las bayonetas caladas.

En la segunda parte, la actitud de la Celeste no daba lugar a dudas, debían levantar cómo sea los goles de Peucelle y Stábile . Con goles de Cea , Iriarte y Castro , los de casa dieron vuelta la historia.

El belga John Langenus fue el colegiado de la final, que además ejercía como periodista de la revista "Kicker" y reconoció que antes del cotejo había pedido custodia personal y un seguro de vida a la FIFA si perdían los locales porque temía por su vida. Lo cierto es que eso no ocurrió y los uruguayos terminaron por imponer así su tan afamada garra charrúa comenzando un mito que tendría su punto cúlmine con el Maracanazo de 1950, pero esa es una historia que contaremos más adelante.

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