La Selección Española se mide este lunes a Marruecos en la última jornada de la fase de grupos del Mundial. La clasificación está cerca del bolsillo, pero no dentro aún. Sólo dos machadas de grandes proporciones podrían devolver a España de vuelta a Madrid. De manera que, aun sin poder hacer gruesas revoluciones, este encuentro sí se antoja el momento propicio para retocar el equipo de Fernando Hierro. Este encuentro se antoja como el momento propicio para Saúl Ñíguez.
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El mediocampista es uno de los jugadores de más talento en el combinado español, habiendo cuajado una temporada de campanillas en el Atlético. Y paradójicamente, es uno de los pocos jugadores que aún no ha tenido minutos en este Mundial. Bueno, concretamente, uno de los únicos seis futbolistas a los que se les resiste el debut, incluidos los dos porteros suplentes: Odriozola, Monreal, Azpilicueta, Reina, Kepa y el propio Saúl.
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Una situación que llama la atención por tratarse de un jugador de ataque -ya que es más inusual modificar a los defensas a lo largo de un mismo partido-, por ser un jugador tan talentoso, y porque además sólo Busquets e Isco han jugado los 180 minutos completos de los dos partidos disputados hasta el momento. Es decir, que los Silva, Iniesta, Koke, Thiago y Asensio han rotado en mayor o menor medida tanto contra Portugal como contra Irán, sin que hubiese todavía un hueco para Saúl, pese a tratarse de uno de los abanderados de la futura Roja.
Así las cosas, parece que no hay mejor momento que este lunes ante Marruecos para un debut que se hace de rogar. Saúl tiene calidad, empaque y experiencia suficiente como para ser incluso titular en la Selección Española. Jugador polivalente, capaz de mantener el cuero, mover a un equipo, pero también de romper líneas en vertical hacia la portería, destacando por su llegada el área desde atrás. Cualquier selección querría tenerle en sus filas. Y es difícil para una selección y un entrenador encontrar espacio para todos sus jugadores, con tanto talento y tan pocos partidos… pero España va a necesitar a Saúl. Es momento para que empiece a despegar.
