ANÁLISIS
Neymar Da Silva sigue siendo clave en el Barcelona cinco meses después de su marcha al PSG. Ya no mete goles para el cuadro azulgrana pero ser el jugador más caro de la historia del fútbol ha permitido al club barcelonista romper la barrera de los 300 millones de euros en fichajes por primera vez en su historia. 307 ha gastado en concreto, a los que se pueden sumar otros 85 en forma de bonus y variables a lo largo de los próximos años relativos a las incorporaciones de esta temporada. Sin la salida del brasileño habría sido imposible afrontar contrataciones como las de Ousmane Dembélé en verano o Philippe Coutinho en invierno.
Porque a pesar de que el Barcelona de los últimos años se haya caracterizado por no tener reparos en pagar el gusto y las ganas aunque fuera para incorporar a jugadores que apenas han servido para ejercer de suplentes, con contadas excepciones como la de Samuel Umtiti, jamás había llegado a los 307 millones que ha gastado ya, a la espera de lo que asciendan los 40 millones de bonus de Dembélé y Coutinho y los 5 de Nélson Semedo. Sin embargo, el impacto financiero en la caja ha sido mucho menor de lo que indican estas cifras, pues no hay que olvidar cómo el Barcelona había ingresado un buen pico por Neymar.
Porque los 222 millones de euros que pagó el PSG a principios de agosto han tenido un impacto de 198 millones en los balances que el club hizo públicos hace pocas semanas, así que se puede decir que la inversión del Barcelona en fichajes para la presente temporada ha sido de 109 millones de euros, una cifra cercana al presupuesto inicial de 70 millones con los que el club catalán acudió al mercado en verano. Así, resulta obvio afirmar que Neymar ha patrocinado la llegada de Dembélé, su sustituto, y Coutinho, un complemento de lujo, quien también ha aceptado una rebaja en la ficha para que el Liverpool aceptara la oferta azulgrana.
Por lo tanto el club inglés no debe temer problemas de liquidez por parte del Barcelona, que hoy tiene suficiente dinero para pagar a Coutinho. Pero quizá sea el Barcelona quien deba replantearse el futuro inmediato pues del dinero que dejó la marcha de Neymar no queda ya un solo euro y el próximo verano empezará con deudas millonarias tanto al Borussia Dortmund como al propio Liverpool, sin olvidar al Benfica.
