Dani Carvajal Juventus Real Madrid UCL 03062017Getty

Carvajal, el niño que puso la primera piedra de Valdebebas y acabó siendo ejemplo de La Fábrica

LA INTRAHISTORIA

Hace muy poco se cumplían cuatro años de la presentación de Dani Carvajal con el Real Madrid. El propio jugador lo recordaba en sus redes sociales. “Soy el tío más feliz del mundo. Yo soñaba con jugar aquí y hoy estoy cumpliendo un sueño”, decía el lateral madrileño ese mismo día de su presentación, portando el ‘15’ al lado de Florentino Pérez. No eran palabras vacías, sino que realmente siempre fue un sueño para el bueno de Dani, que guarda una historia muy particular de superación.

Tal y como el propio Carvajal contaba en ‘Campo de Estrellas’ recientemente, cuando era pequeño siempre iba media hora antes al colegio para poder jugar al fútbol antes de entrar a clase, y su madre le obligaba a jugar con rodilleras para protegerse, porque era de esos niños que lo daba todo en cada partidillo. Iba al Santiago Bernabéu de cuando en cuando desde su Leganés natal y pensaba siempre que ahí abajo en el césped podría estar él algún día. Y fue el día de su comunión cuando le comunicaron que iba a hacer las pruebas para entrar en el Real Madrid. Obviamente, las superó casi de inmediato.

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Y desde ahí, desde categoría alevín, tuvo un ascenso meteórico. Casualidad o destino, el 12 de mayo de 2004 quedaría grabado para siempre en la carrera de Carvajal. Apenas dos años después de ingresar en el Real Madrid, se inauguraba la Ciudad Deportiva de Valdebebas, y Carvajal fue el niño elegido de entre todos los representantes de la cantera para poner la primera piedra junto a Alfredo Di Stéfano.

Carvajal

Estaban todos los capitanes de La Fábrica, y él era ‘sólo’ el tercer capitán del Alevín ‘A’, pero le escogieron a él de improviso. “Mi madre me regañó después por salir con aquellas pintas, pero es que no esperaba que tuviera que salir yo”, recuerda Carvajal en alguna que otra entrevista años después. Aquella foto del menudo defensor rubio con el pelo largo al lado de La Saeta fue una de las estampas más memorables de aquella inauguración. Nadie sabía entonces que años después, Carvajal sería todo un referente de La Fábrica. “No lo pudimos escoger mejor. Nosotros ya lo sabíamos”, vacila Butragueño siempre que se le pregunta.

Sin embargo, por el camino, surgieron obstáculos que Carvajal tuvo que superar. Formó parte de una de las mejores generaciones de canteranos que hubo nunca en Valdebebas, junto a Morata, Alex Fernández, Lucas Vázquez, Pablo Sarabia o Fernando Pacheco. Pero el último salto hasta el primer equipo le costó más que a ninguno. Y todo, por una fatal casualidad. Y es que justo antes de comenzar la pretemporada de 2012 –a la que iba a acudir-, Dani sufrió un corte en el pie en una piscina natural, en una excursión con amigos. Le dieron cuatro puntos que minaron la confianza de José Mourinho. Tuvo que salir al Bayer Leverkusen a forjarse.  “Fue muy duro no poder debutar siquiera después de 10 años y ver que mis compañeros sí lo hacían”, reconocía a los medios oficiales recientemente. 

La experiencia en Alemania fue complicada, pero enriquecedora. Vivía en Dusseldorf con un ex compañero, lejos de su familia por primera vez en su vida, dando el salto desde el Castilla a una liga potente como la Bundesliga. Pero lo hizo tan bien que fue elegido el mejor lateral derecho de la competición, lo que le valió para regresar al Real Madrid. Y por la puerta grande. Hace cuatro años de aquello, y en este  tiempo el defensa de Leganés se ha ganado la confianza de todos.

Es un ejemplo para todos los canteranos que hoy militan en Valdebebas. Esa Ciudad Deportiva cuya primera piedra fue puesta por uno de los mejores laterales derechos que han pasado en mucho tiempo por el primer equipo del Real Madrid. Quién se lo iba a decir aquel día de mayo hace ahora trece años ya.

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