Diego Buonanotte y Santiago Silva están recién comenzando a escribir su historia en Universidad Católica, pero pareciera que se conocieran desde siempre. En el empate cruzado ante San Lorenzo, ambos construyeron la ilusión de una remontada en el epílogo.
El Ciclón despertó con el pitazo inicial y se durmió con el del complemento, demostrando falencias a la hora de generar una estructura de ataque y de consolidar ese bloque inquebrantable de los primeros instantes. Ahí, la UC comenzó a buscar a sus estrellas. Silva, sin espacios, aguantaba por fuera. Buonanotte, en medio de torres, salía airoso y generaba las primeras faltas.
La búsqueda del 1-1 -Blandi había adelantado a los argentinos- tuvo premio a los cinco minutos del segundo período. Silva pivoteó una pelota de Juan Carlos Espinoza -de lateral- y se la sirvió a José Pedro Fuenzalida, quien pilló en posición de remate al Enano, sin ánimo de dudar.
El desenlace fue parecido a la jugada del empate. Silva bregó con Marcos Angeleri y Matías Caruzzo, metió más de un pique y se llevó un aplauso generalizado cuando dejó la cancha por Roberto Gutiérrez. Buonanotte, ya extenuado, siguió eludiendo marcadores y habilitando a sus extremos. Incluso volvió a tener una clara, que desaprovechó ante un gigante Sebastián Torrico, que achicó a tiempo cuando ya no quedaban defensores en escena. El hincha, sabiendo que su equipo sigue vivo en la Libertadores, agradeció el esfuerzo del 10 y del 9, los imprescindibles de Católica.
