LA INTRAHISTORIA
El Leganés hizo historia eliminando al Real Madrid de la Copa del Rey en su propio estadio este miércoles. Nunca había entrado en las semifinales del torneo del KO, y de paso, lo ha logrado firmando una de esas noches negras que se recordarán durante años en el club blanco. Como las del Toledo, Real Unión o Alcorcón. Al mismo nivel. Aquello parecía ya olvidado en los tiempos presentes, pero esos viejos fantasmas volvieron a aparecer con la eliminación a mano del Leganés. Una mancha que quedará, como aquella del Alcorcón sin ir más lejos, también en el currículum de la presente directiva comandada por Florentino Pérez.
Desde el Santiago Bernabéu, los dirigentes del club merengue pasaron un trago muy amargo. “Es una noche triste. Muy triste”, confesaban a Goal nada más terminar el encuentro. El Real Madrid, que ya había dicho adiós a La Liga, quedaba señalado al tener que despedirse también de la Copa. Y con ello, también lo hacía Zidane. “Asumo la responsabilidad de este fracaso. Si no ganamos al PSG, está claro que mi puesto está en peligro”, dijo el propio técnico desde las entrañas del coliseo blanco, con el ‘cadáver’ aún caliente.
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En el Real Madrid confían en Zidane. Es la figura predilecta de Florentino Pérez, desde su etapa como jugador y ahora como entrenador, tras haberle dado nada menos que ocho títulos en dos años. Por los mentideros del Santiago Bernabéu se comenta desde hace mucho tiempo (antes incluso de esta inesperada crisis el presente curso) que el presidente merengue nunca despediría al técnico, por la confianza eterna que le tiene. Habría muchas más opciones de que antes el francés decida dar un paso al lado, como ya hizo cuando era jugador y no se sentía al 100% físicamente. Y siempre confesó que nunca ha querido aferrarse a la silla de entrenador tampoco. Es un profesional atípico en este mundo.
Así, el calentón que vivieron los dirigentes merengues durante el partido ante el Leganés trajo consigo la tranquilidad y la calma, y no la precipitación. “Hay que reflexionar”, dijo Butragueño entre líneas a las cámaras de televisión. El mensaje off the record es el mismo. Cabeza fría, por el momento. La confianza persiste, nadie dice lo contrario, pero ya hasta la opinión pública y el propio Zidane no ven tan ilusoria una posible destitución. Al galo le queda la Champions en esta temporada para voltear la situación. Y la confianza de Florentino Pérez. A día de hoy.