EDITORIAL
No malinterpreten el titular. Este es y seguirá siendo el Barcelona de Leo Messi hasta que él quiera. Pero no deja de ser sorprendente que Marc-André Ter Stegen sea, tras el rosarino, el jugador más decisivo del equipo del rosarino. Porque el cuadro azulgrana no titubeó en ningún momento ante las embestidas iniciales del Villarreal, consciente de que muy pocos han conseguido marcarle un gol al portero del Barcelona.
Es algo que solo ha sucedido ocho ocasiones esta temporada, Supercopa de España al margen. Es decir, Messi, con diecisiete tantos, ha marcado más del doble de goles de los que ha encajado Ter Stegen, actualmente uno de los porteros más en forma del planeta y candidato a la titularidad de la Alemania campeona del mundo en la cita mundialista del próximo verano en Rúsia. En Villarreal el teutón volvió a ofrecer un recital, realizando dos paradones ante los remates de Raba y Soriano en el primer tiempo, confirmando que la puerta del Barcelona está muy bien custodiada.
Al final, el Villarreal fue apagándose, especialmente tras la expulsión de Raba por una entrada a destiempo sobre Sergio Busquets, y el alemán acabó como un mero espectador al ataque y gol del Barcelona, lanzado a por un tanto que permitiera mantener el dominio imperial que ha ejercido en la tabla de clasificación desde que arrancó el campeonato. Y llegó de la mano de Luis Suárez y Leo Messi, que con dos goles consolidaron el liderazgo de un equipo más sólido que nunca.
Solo el Celta ha conseguido meterle más de un gol esta temporada a este Barcelona que Valverde ha convertido en una roca, el equipo menos goleado de las grandes competiciones europeas. Naturalmente, el engranaje defensivo del equipo, su generosidad en las coberturas y su disciplina táctica juegan a favor tanto de Ter Stegen en particular como del Barcelona en general.
