Los rumores se confirmaron al llegar al descanso. El comentario más repetido en las entrañas del Ramón Sánchez-Pizjuán en la previa del Sevilla - Manchester United era que José Mourinho se iría feliz de Nervión con un 0-0 y el presagio se cumplió.
Al descaso ya se pudo ver que el técnico portugués había salido a arriesgar lo menos posible, a por encima de todo a no conceder goles y a decidir el duelo en Old Trafford. Así aburrió a Alexis Sánchez, más centrado en perseguir a Navas que en atacar, y centró todos sus esfuerzos ofensivos en buscar a Lukaku con balones largos. El plan de ataque lo completó sacando a Martial y Rashford para buscar una contra en los minutos finales.
Al final del partido las estadísticas no engañaban. 25 remates había realizado el Sevilla por 6 del United, que sólo disparó una vez entre los tres palos. Mourinho maneja como nadie los entresijos de una competición que ha ganado 2 veces y en la que pocas veces falta a semifinales. Sin embargo, todo su plan pudo haberse caído sin De Gea.
El United tiene ahora mismo a uno de los mejores porteros del mundo y lo demostró en Sevila con un parada antológica a Muriel, la mejor de las ocho veces con las que salvó a su equipo de tener que remontar en Old Trafford. Aún así los de Nervión, demostraron que están sobradamente preparados para competir al más alto nivel.
El planteamiento de Montella, también perfecto, apoyado por la seguridad defensiva que mostraron en las contras del United, en la dirección de Banega y en la capacidad de sus hombres de banda para desbordar acabó siendo insuficiente. Mourinho, de momento, tiene todo bajo control pero también el Sevilla y su entrenador, declarado fan del portugués, saben que cualquier victoria o empate en Inglaterra le valdrá para meter a su equipo en octavos. El maestro va ganado al aprendiz.
