Boca River Supercopa Argentina 14032018Agustin Marcarian/Getty Images

Guillermo sigue en deuda: el karma de fallar en la difícil

El ciclo de Guillermo Barros Schelotto en Boca cumplió dos años hace apenas dos semanas. El aniversario llegó con números récord y más de 450 días puntero, pero, también, con otra derrota de alto calibre. Si aquella eliminación ante Independiente del Valle en semifinales de Copa Libertadores fue el inicio de un cambio de ciclo de varios jugadores, ésta ante River también será bisagra, pero para el DT.

"Empiezo a transitar la etapa más importante como entrenador", había reconocido el Mellizo, a inicios de marzo. El debut en la Libertadores y la Supercopa estaban en el horizonte: un empate en Lima con gusto a nada y otro cruce directo ante el Millonario que queda en las manos del eterno rival fueron el saldo de este inicio.

Guille heredó el karma de fallar en la difícil. En Mendoza, alineó a los mejores once jugadores que tuvo a disposición, pero al equipo le faltó algo más y cometió errores infantiles que lo llevaron al fracaso. La gran parte de la responsabilidad se la llevan los futbolistas, pero no se puede omitir que se vio superado por un Marcelo Gallardo que le sacó la ficha desde el primer minuto y que no tuvo reacción para torcerle el brazo. Si esta iba a ser una final que se iba a definir en los detalles, el técnico no estuvo en ellos.

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La pesada mochila sumó ayer una piedra más. Nada le quitará a Barros Schelotto sus logros. Ni el campeonato, ni el año y medio en lo más alto del fútbol argentino, ni el potenciamiento de varios jugadores. Pero sigue en deuda y tendrá que saldarla, porque, en Boca, las oportunidades no sobran. La caída ante River genera obligaciones: la primera, ganar una Superliga encaminada; la segunda, pelear la Copa. Así, difícil…

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