Pele | World Cup 1958 | Brazil vs WalesGetty

ENCICLOPEDIA MUNDIALISTA: Suecia 1958, la venganza de Pelé

Seguramente lloró como el resto del pueblo que años más tarde habría de ser suyo. Edson Arantes do Nascimento , más conocido como Pelé, tenía sólo nueve años cuando Brasil perdía la final con Uruguay en el recordado Maracanazo de 1950. Ocho veranos después comenzó una venganza que , como nunca, sería terrible .

El Mundial de 1958 pudo haber sido recordado por distintos sucesos particulares, de no ser porque Pelé y compañía decidieron reinventar el fútbol . Más de 60 paises pudieron ver por primera vez un campeonato que televisara partidos enteros , siendo testigos de cómo a este deporte le nacía un Rey.

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El equipo de Feola propuso otro fútbol, al punto de reinventarlo

Suecia fue elegida sede de la sexta edición del torneo por dos motivos fundamentales. Uno fue la postura neutra adquirida durante la Segunda Guerra Mundial, lo que le permitió ser uno de los pocos países inmunes a las eternas batallas. La otra razón fue el alto nivel de sus estadios , como el Rasunda, que albergó en la final a casi 50 mil personas. Con esta elección se rompía por segunda vez el intercalo de un campeonato en Europa y otro en América.

Un triangular entre Escocia , Suiza y España dejó a La Roja excluida de la competencia . El debut con empate ante los suizos, y la derrota en Glasgow contra los británicos hicieron inútiles las dos goleadas venideras. Escocia era la clasificada. Fue una nueva frustración para el combinado español, que en 1954 salió perjudicado en un sorteo con Turquía tras empatar los dos partidos entre sí.

El torneo contó con un número por entonces record en cuanto a la cantidad de seleccionados inscriptos para la cita ecuménica: 53. Sólo 16 de ellos la jugarían, quedando fuera de la misma las únicas dos naciones hasta ese momento bicampeonas: Uruguay e Italia . Entre tantos aspirantes estaba Israel , con quien Egipto , Sudán e Indonesia , aduciendo motivos políticos , se negaron a jugar la fase previa. Tampoco quisieron Bélgica , la Celeste y la Azzurra .

El favorecido fue Gales , que le ganó 2-0 a Israel ambos cotejos. Así, Gran Bretaña contó por primera y única vez con todos sus seleccionados en un Mundial. Irlanda del Norte estuvo en Suecia, aunque ilusamente pretendía no jugar los domingos por cuestiones religiosas . El póker de británicos lo completaba Inglaterra , mermada por el trágico accidente aéreo que en febrero había sufrido la delegación del Manchester United . Allí murieron ocho futbolistas , varios integrantes del seleccionado. Los Leones no pasarían la primera ronda.

La URSS de Lev Yashin fue cuartofinalista en su estreno mundialista , tras su ingreso a la FIFA en 1946. Con jugadores amateurs, el vigente campeón olímpico -Melbourne 1956- cumplió un gran papel aun sin su otra estrella , Eduard Streltsov . El apodado "Pelé ruso" fue condenado, en 1956, a 12 años de internamiento en un campo de trabajo en Siberia por una presunta violación a una joven de 20 años.

Lev Yashin fue el mayor valor de la URSS en el Mundial

Precisamente una invasión soviética a Budapest en 1956, producto de la Revolución Húngara, debilitó a la selección que de la mano de Puskas había sido subcampeona en Suiza ’54. El exilio , entonces, llegó para reemplazar los goles y recortes del 'Cañoncito', Czibor y Kocsis , figuras de aquel equipo.

Es que los flashes estaban reservados para otro combinado, el brasileño. La historia quiso que Suecia 1958 diera a luz a la figura que habría de reinar por mucho tiempo , inmortalizándose hasta estos días. Pelé -el más joven en hacerlo, con 17 años- condujo a la Canarinha a ganar su primer título mundial, el del bautismo, el más difícil, el que todavía era un sueño .

Con él jugaron y brillaron otros tantos futbolistas con una destreza descomunal, como Didí, Vavá, Garrincha, Zagallo y Nilton Santos . Precisamente a este último Brasil le debe gran parte de la conquista. Según cuenta la leyenda, Nilton Santos le exigió al entrenador carioca, Vicente Italo Feola , que pusiera a los jugadores más jóvenes, a la postre figuras del torneo.

S i juegan ellos ganamos la Copa del Mundo, si no juegan, no jugamos nosotros ”, habría sido el reclamo del lateral por izquierda. Así fue que los mulatos Pelé y Garrincha saltaron de titulares recién en el tercer partido , ante la URSS.  Nada los detendría. El juego de Brasil se basaba en el ataque constante, con cuatro delanteros bien definidos, pero además con dos laterales con proyección.

Pelé y Vavá fueron demasiado para cualquiera

Para graficar la supremacía de la Canarinha basta con decir que marcó once goles en los últimos tres partidos, esos que en teoría son los más cerrados. Sí lo fueron los cuartos de final ante Gales, que Brasil resolvió 1-0 con tanto de Pelé. Pero en semifinales apabulló a Francia 5-2 (Vavá, Didí y Pelé -3- ) y en la final se cargó al local por idéntico resultado (Vavá -2-, Pelé -2- y Zagallo).   Suecia , tras eliminar a Alemania Federal, nunca repetiría semejante hazaña .

Los libros cuentan otra anécdota digna de ser repasada para entender cuánta era la confianza que tenían los sudamericanos, hasta dónde era que conocían sus virtudes. Nada menos que en ese cotejo cumbre, luego de la apertura del marcador por parte de los europeos , un compañero de Pelé del Santos le dijo al crack antes de reanudar el juego en la mitad del campo: “Tranquilo, garoto, faltan 86 minutos y seremos campeones”.

Esa final tuvo otro elemento curioso. El presidente de la Confederación Brasileña de Deportes, Joao Havelange , se retiró de Suecia hacia su país alegando que debía firmar cheques. Las malas lenguas cuentan, sin embargo, que en realidad huía de una posible derrota verdeamarelha , pese a lograr conseguir un árbitro neutral y la prohibición del ingreso de las rubias animadoras al estadio.

El partido por el tercer puesto contó con otra particularidad. En esos tiempos, ese era un encuentro al que no se le daba tanta importancia. Menos que ahora, lo que es mucho decir. De hecho solían jugarlo los suplentes. No fue el caso de Francia-Alemania Federal , donde el entrenador galo colocó en campo a su equipo titular , tal vez con algún resentimiento por lo acontecido en la Segunda Guerra Mundial. ¿El resultado? Tenístico 6-3 a favor de Francia, con cuatro goles de Just Fontaine , máximo artillero en un mismo mundial (13) .

Just Fontaine celebra en uno de sus épicos días de Suecia 1958

En el vestuario del campeón siempre reinó la alegría, antes y después de conseguir la Copa. Tanto era así que en la previa de uno de los partidos, el entrenador les dio claras indicaciones a sus dirigidos sobre cómo afrontar el cotejo para poder ganar sin sobresaltos. Luego de la charla técnica, el míster le preguntó a Garrincha si había entendido las instrucciones , a lo que el delantero respondió: ¿Usted se ha puesto de acuerdo con los rivales para dejarnos hacer todo eso? ”.

Brasil era campeón por primera vez y lograba borrar todo el dolor que produjo el Maracanazo de 1950. Luego vendrían cuatro títulos mundiales más y otras tempranas eliminaciones, pero casi nunca perdió la alegría en el juego que patentó este equipo de 1958 . Claro, la venganza de Pelé fue verdaderamente terrible. 

Pelé ya quedó en la historia, como Brasil 1958

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