La última tapada de Franco Armani a Nahitan Nández, un minuto antes del 2-0 de Ignacio Scocco, terminó de sanar la herida que había dejado Marcelo Barovero en mayo de 2016 cuando partió al fútbol mexicano. Tanto Marcelo Gallardo como los hinchas de River vieron en esa atajada mucho más que la posibilidad de seguir arriba ante Boca en la Supercopa, vieron al arquero que terminó de despedir a Trapito.
En su primer Superclásico, a sólo dos meses de haber llegado al Millonario, el casildense de 31 años que se puso los guantes casi por casualidad fue figura indiscutida: apareció cada vez que el Xeneize se le acercó a River y en el complemento tapó cuatro situaciones claras para mantener en cero el arco de los de Núñez.
Durante un año y siete meses Gallardo y los dirigentes buscaron a un arquero con espalda que pudiera reemplazar realmente a Barovero, con todo lo que eso implicaba. Y el ex-Atlético Nacional demostró que tiene espalda para lucir el buzo que dejó el cordobés: en su octavo partido en River, nada menos que ante Boca, el uno la rompió, los hinchas lo ovacionaron y conquistó su primer trofeo en el club. Ahora sí, el Millonario terminó de despedir a Barovero para darle la bienvenida a Franco Armani.
