OPINIÓN
El Real Madrid ha concluido la International Champions Cup del peor modo posible, cayendo ante el eterno rival, el Barcelona, y evidenciando una debilidad defensiva que ya se viene manifestando preocupantemente este verano. Este mal papel en el torneo no es una novedad. De hecho, los blancos han firmado los mismos nefastos números que en 2014 - con 2 partidos perdidos y un empate con derrota en los penaltis-, convirtiendo esta ICC en un hueso que se atraganta al plantel blanco desde que se estrenaran en la competición en 2013.
De hecho, los merengues han acabado como últimos en la clasificación de la parte del torneo que se disputa en Estados Unidos superados por el Barcelona, el Manchester United, el City, el PSG, el Tottenham, la Roma y sin ganar ni un solo partido.
Próximos partidos
Por qué el Madrid va de blanco y el Barcelona de azulgrana
Aquella pretemporada de la 2014-15, cuando cosecharon también 3 derrotas, estaba encaminada, al igual que esta campaña, a estar rodados a agosto a causa de la Supercopa y llegar óptimos de energías en diciembre para participar en el Mundial de Clubes. El equipo dirigido por aquel entonces por Carlo Ancelotti cumplió con los objetivos de levantar la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes, pero falló en los retos más atractivos, siendo subcampeones en Liga y semifinalistas en la Champions.
El calendario en esta ocasión para los hombres de Zidane es similar al que participó Ancelotti y calcado al que tuvieron en la 2016-17, con la variante de jugar otra Supercopa más. El preparador francés solo tiene que repetir la hoja de ruta marcada hace un año para llegar pletóricos en diciembre, donde les espera el Mundial y un Clásico que se antoja decisivo, y después dosificar a la plantilla con rotaciones para afrontar el resto de desafíos, con la LaLiga de nuevo en el horizonte y la Champions como campeonato fetiche, dejando atrás esta atractiva International Champions Cup, la cual no acaba de tener un idilio con el Real Madrid como sí lo tiene la vieja Copa de Europa.
