Xabi Alonso, un clásico en el clásico de Europa

OPINIÓN

El Real Madrid visita al Bayern Múnich este miércoles en los cuartos de final de la Champions League. Un encuentro de muchos quilates, casi una final adelantada. Un clásico de Europa, siendo dos de los clubes más grandes del Viejo Continente y con una rivalidad enconada desde hace muchos años. Y un clásico con un jugador clásico de los que quedan ya pocos: Xabi Alonso. 

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Lejos de las estridencias de los futbolistas actuales, el mediocentro vasco destaca precisamente por lo contrario. Por no llevar tatuajes, por no lucir zapatillas estridentes, por no enseñar unos auriculares XL, por no cebar sus redes sociales con extravagancias propias de jóvenes multimillonarios… En los tiempos actuales, seguramente sea todavía el mayor referente del fútbol clásico de otras épocas. Con su estilo personal, podría haber jugado aquellas eliminatorias europeas entre merengues y bávaros de los años 80 sin llamar demasiado la atención siquiera. A día de hoy, es una rara avis entre el colectivo de jugadores que le rodean. Ya sea en Múnich, como lo fue en Madrid, o antes en Liverpool.

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A las puertas de su retirada definitiva, con Xabi Alonso se marcha del fútbol un referente tanto dentro de los terrenos de juego como fuera de los mismos. Vestido de corto, le conocen bien tanto en el Real Madrid como en el Bayern Múnich, pues ha sido el metrónomo de ambos equipos. 158 partidos en cinco temporadas con los blancos. 126 partidos en Europa entre estos dos conjuntos y el Liverpool. A sus 35 años ha participado de algunas de las mejores épocas de clubes tan importantes como estos tres, además de la Real Sociedad y la selección española. Y su palmarés lo dice todo: dos Champions League, dos Eurocopas, un Mundial, tres ligas (entre España y Alemania), más cuatro copas (entre España, Alemania e Inglaterra). 

Pero lejos de su impoluta, respetada e indiscutible imagen dentro del terreno de juego, con la retirada de Xabi Alonso al final de esta temporada se marcha también un profesional distinguido por la elegancia en un mundo de estridencias. Su adiós en Europa podría llegar además en el Santiago Bernabéu. El que fuera su estadio, que seguro que le recibe con honores, termine siendo o no su último día de competición en la Champions League. El final se acerca. La leyenda comienza. Los reacios al ‘fútbol moderno’ ya le echan de menos.