Sorín: "Hay que reconstruir el fútbol argentino desde la raíz"

Quizás le cuesta un poco más que al resto. Porque, por un lado, menciona con cariño el trabajo que se hace desde algunos costados de la Selección. Pero, por otro, no parece sentir mucha identificación. Juan Pablo Sorín, capitán de la Selección argentina en el Mundial 2006 y con más de 70 partidos con la Albiceleste, habla desde la misma contradicción que genera Argentina. De proyectos que no van de la mano, de ideas que se chocan, de desorganización que termina tapando procesos.

A los 42 años, el exlateral izquierdo no duda sobre la salida del fútbol argentino. "Hay mucho para mejorar, hay que reconstruirlo", dijo a Goal en Moscú, luego de que el exRiver participara de un partido de leyendas en el centro de la Plaza Roja junto a Cafú, Forlán, Juan Pablo Ángel y otras figuras. 

-¿Qué representa para Argentina que a varios días de la eliminación aún no se sepa nada del todo claro qué pasará con el entrenador (por ahora, Sampaoli se mantiene en su cargo)?

-Es desprolijo, Argentina necesita prolijidad, empezando por los dirigentes, el cuerpo técnico y los jugadores, que lo dieron todo pero no fue sufiecnete. Me dio lástma por una generación que se mató por la camiseta argentina, se merecía un título y aún con las tres finales, que ahora las valoramos mucho, no pudieron.

-¿Se puede jugar bien cuando todo lo de alrededor está mal?

-Siempre un Mundial es complicado, el tema es que Argentina llegó con muchas materias pendientes y lo sufrió. Cuando más o menos encontró el equipo, volvió a cambiar el sistema. Tanto eso como la parte organizativa...quizás solo el primer tiempo contra Nigeria Argentina encontró un fútbol que tiene que ver con la identidad. Pensé que iba a crecer desde ahí pero volvió a cambiar con Francia, le dio espacio a un equipo letal de contraataque y, bueno, ya sabemos lo que pasó.

Sorín estuvo en Rusia durante todo el Mundial. Comentó los partidos para Telemundo, una cadena de televisión estadounidense que transmite en idioma español. Tiene el pelo larguísimo y la barba sin tocar desde hace varios meses. Luce algo cansado, pero feliz de haber jugador al fútbol. En el partido que disputó con los otros cracks, ante una buena cantidad de gente contenta de ver a tantas leyendas, mostró parte de su repertorio, aún con un físico que está lejos de ser el mismo. Criterio, inteligencia y sensibilidad en la pierna izquierda para dar buenos pases y centros.

-Se está hablando de Pekerman como un posible manager de la Selección argentina, ¿qué pensás?

-Hay mucho para mejorar, hay que reconstruir el fútbol argentino. Van a sonar un montón de nombres. Hay que ir a la raíz, a la formación. Si hablamos de Pekerman hay que volver a formar a los jugadores, no dejar de lado a las juveniles. Por más que se pierda un poco más de tiempo, es lo que te va a dar solidez en el proyecto. Como a Inglaterra, que tal vez le llega el resultado un Mundial antes, como lo viene haciendo Bélgica...no porque sean el ejemplo a seguir, pero creo que Argentina lo tenía y lo dejamos caer por no tener un resultado, que hubiese sido ideal en el 2006 cuando nos quedamos afuera por los penales.

-¿Argentina tiene una generación de jerarquía para el Mundial 2022 o estaría un paso atrás de la del 2018?

-Hay que analizar con tranquilidad, ver los jugadores, cómo se arma la Sub 20 y la Sub 17 y, a partir de ahí, sí pensar en el futuro, claro que es decisivo saber quién es el entrenador para poder planificar, que fue lo que nos pasó en estas caóticas Eliminatorias en las que Argentina sufrió para clasificar. 

Sorín meciona a dos de sus excompañeros que ahora trabajan en las juveniles de la Selección argentina: Pablo Aimar y Diego Placente, ambos en la Sub 17. Pero ni siquiera nombra a Sampaoli. Tampoco lo categoriza. Como si dentro del mismo sistema hubiera dos corrientes con empatías diferentes. Como si esa raíz que reclama que hay que trabajar nunca podría enderezarse de esa manera.