Los brazos arriba, levemente inclinados hacia los costados. Las palmas apuntan hacia el cielo. De repente, una explosión, justo arriba de la cabeza. ¡CLAP! Y empieza el ritual. La secuencia se repite, aunque van cambiando los tiempos, los ritmos se modifican. Primero, las pausas son lentas. Luego, rápidas. En el momento del aplauso, se incorpora el grito: "¡HUH!". Y, después, se desata la locura: los golpes son cada vez más rápidos, explotan con mayor velocidad.
Es la fiesta de Islandia.
Todavía no empezó el Mundial, pero Islandia ya es uno de los favoritos de la competencia. El equipo europeo se clasificó a Rusia 2018 después de quedar en el primer lugar del Grupo I de las clasificatorias europeas. Como ocurrió en la Euro 2016, el pequeño país de 330 mil habitantes emocionó a todos con su pasión por el fútbol y por su ya habitual festejo.
La celebración fue descripta como "canto de guerra vikingo" y muchos asumen que la secuencia proviene de un ritual previo a la batalla. Sin embargo, según el periódico local Morgunbladid, la canción fue adoptada por unos fanáticos del club de Islandia "Stjarnan" durante un viaje a Escocia, ante el club Motherwell, durante un partido de la Europa League.
Esa secuencia derivó después en el canto histórico de Motherwell, "Since I was Young (Desde que era un niño)". Aunque Stjarnan quedó afuera del torneo ante Inter, los fanáticos de Islandia llevaron el ritual a su país y, más tarde, fue tomada por la propia Selección.
En la Euro 2016, la celebración fue tan popular que fue adoptada por otros equipos del torneo, como Gales o Francia. ¿Se repetirá la historia en el Mundial 2018?