El tiro libre era indirecto y el árbitro del encuentro, Sandro Ricci, tenía el brazo levantado. La señal era muy clara: por tratarse de una jugada peligrosa, el remate directo no era válido. Pero Paolo Guerrero, el crack de Perú, ni siquiera miró a los costados. No tuvo ni tiempo de ver qué pasaba alrededor. A esa altura del encuentro ante Colombia, el equipo de Gareca se quedaba afuera del Mundial Rusia 2018. Entonces, pateó. Y la historia cambió para siempre.
Terminó siendo gol de Paolo Guerrero, pero gracias a James Rodríguez (que saltó, aunque no quedó claro si la tocó) y Ospina, que metió un manotazo que le dio validez al tiro de Guerrero.
Así lo explicó el delantero: "No escuché al árbitro. No escuché nada. 'Yo le voy a pegar al arco', le dije a Christian (Cueva). Tenía pensado eso porque ya le vengo pegando a los tiros libres en mi club. Solo estaba enfocado en eso. Quizá por eso no escuché. Cueva me dijo que era indirecto, pero no escuché. Y gracias a Dios la tocó Ospina", dijo Guerrero.
El gol determinó que Chile, tras perder ante Brasil, quedó afuera del Mundial, mientras que Perú consiguió su pasaje al repechaje, ante Nueva Zelanda.
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