ANÁLISIS TÁCTICO
Arrigo Sacchi revolucionó el fútbol de la década de los 90. Su capacidad de reducir los espacios al rival y de presionarle agresivamente eran una herencia directa de aquella 'Naranja Mecánica' de 1974, con la diferencia de que el técnico italiano daba a su equipo un mayor equilibrio defensivo. Arriesgando poco o nada en la retaguardia y buscando las transiciones rápidas en el ataque con pocos pases, todos ellos en profundidad.
El sistema que había perfeccionado Sacchi en el Milan fue desarrollado en su papel de seleccionador nacional italiano en 1994. La utilización de una defensa adelantada y organizada que se movía al unísono era otra de las señas de identidad del equipo, todo ello adornado con un 4-2-3-1 sobre la pizarra que terminaba siendo un 4-5-1 sobre el tapete que se dibujaba en apenas 25 metros, por lo que todas las líneas estaban muy juntas.
Goal
Curiosamente, uno de los jugadores con los que no contaba al principio, Roberto Baggio, se convirtió en el futbolista que mejor interpretaba ese juego ofensivo que quería implementar, de pases asegurados y contras fulgurantes.
En la final de 1994 ante Brasil estaba en juego el tetracampeonato del mundo y la posibilidad de revancha tras la Copa del Mundo de 1970. Pero la cita de 1994 solo recordó a la de 1970 por los colores de las camisetas. El fútbol más práctico, de telarañas defensivas con el que proteger el resultado se había instaurado definitivamente. La misión primera era no recibir goles. El fútbol vivía un nuevo cambio.
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