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De Gea: “Muchos fueron muy injustos conmigo” – Así analiza su cambio radical desde 2016

Este domingo día 10 se cumplieron dos años de uno de los capítulos más bizarros que se han vivido en los últimos tiempos en la selección española. A escasos tres días de que La Roja debutara en la EURO 2016 ante República Checa, el ‘caso Torbe’ salpicaba la plácida concentración del equipo nacional en el idílico paraje de La Rochelle: una testigo protegida acusaba a De Gea y Muniain de abuso sexual y prostitución dentro de una investigación mucho mayor centrada en el productor pornográfico Torbe -acusado de abusos y trata de seres humanos con fines de explotación sexual-. Se trataba apenas del informe policial inicial entregado al juez, donde incluía la declaración de dicha testigo, así como capturas de conversaciones de Whatsapp. Pero aquel escándalo empezó a correr como la pólvora igualmente, calando en todos los estratos de la sociedad española y extranjera, y dejando en el ojo del huracán especialmente a De Gea -que además ya estaba soportando una gran presión por arrebatarle la titularidad a Casillas en esa EURO-.

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Visto desde fuera, esa Eurocopa fue dantesca para De Gea. Por el mal momento del equipo y por esas graves acusaciones planeando sobre su cabeza constantemente, con toda la expedición de la selección ejerciendo de apagafuegos continuamente ante los ojos de todo el planeta. Y sin embargo, apenas un mes después de la cita en Francia, antes del inicio de la temporada 2016-17 incluso, se conoció que policía, juez y fiscal exculpaban a dichos jugadores del ‘caso Torbe’ sin necesidad de hacerles declarar siquiera. Las pruebas no eran suficientemente consistentes siquiera. El impacto de la acusación sí que lo fue. Y De Gea no lo olvida, ni mucho menos. 

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Ahora, por fin se anima a relatar su visión desde dentro. “Esas cosas afectan. Creo que hubo gente que no se portó bien”, confiesa el portero español en un encuentro con periodistas -entre el que se encuentra Goal-, a escasos días del inicio del Mundial 2018, cuando se cumplen dos años de aquel escándalo. “En este tiempo he estado un poco más oculto ante la luz pública porque hubo una época que tampoco se me ha tratado como debería. Mucha gente ha sido muy injusta conmigo. Muchos que me han criticado, aunque luego después supieran que estaban equivocados, tampoco han dado la cara y rectificado. Hay mucha gente que no se merece que haga entrevistas para ellos. Nada más”, dice con un rictus pétreo y desprendiendo una indisimulable amargura en cada una de sus palabras. 

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Sin ir más lejos, poco después de ese encuentro, De Gea acudía en Las Rozas a la recepción del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que fue uno de los que opinó sobre la implicación del cancerbero en el ‘caso Torbe’ en aquel momento, pidiéndole ejemplaridad. Dos años después de aquello, y en una situación radicalmente diferente, De Gea no le dedicó ni un aplauso, ni un guiño de complicidad, tan sólo un obligado apretón de manos de mala gana, ‘forzando’ así una explicación y rectificación privada por parte del político. "Acepté sus disculpas con educación. Lo que ocurre es que lo que dijo en su día fue en público y por eso creo que las disculpas también deberían ser en público. También es verdad que la mayoría de personajes públicos que me faltó al respeto ni siquiera se han disculpado ni en privado. Es fácil hablar de los demás en este país", analizó el cancerbero. Así es el nuevo De Gea. Esa experiencia en la EURO de Francia le cambió. Desde la inusual cercanía que permite este encuentro personal se percibe una persona más dura, más cauta, menos extrovertido y confiado, incluso. “Esto me da más fuerza”, dijo entonces en rueda de prensa en La Rochelle hace dos años. Y visto con la perspectiva del tiempo, quizás tenía razón.

“Soy un chaval muy tranquilo, que es difícil que me afecten cosas. A mí no me afectó mucho”, reconoce hoy a Goal, veinticuatro meses después de aquello. “Pero evidentemente, tienes familia y gente cercana que le afecta más que a ti. Es agua pasada y al final salió que todo era mentira. La gente se volvió un poco loca, y la verdad es que hay que tener tranquilidad. Yo sabía que no había hecho nada, por eso estaba tranquilo. La rueda de prensa que di ya dije que era todo mentira, pero todos seguían con que si no debía estar en la selección, que si tal… Al final, las cosas se demuestran, salió que todo era mentira. Yo ya estaba tranquilo, pero luego te quedas más tranquilo aún”, explica el propio De Gea. 

“Te vienen muchas cosas a la cabeza para intentar averiguar de dónde pudo salir. Nunca lo sabes. Pero es raro que aparezcan cosas así justo antes de una EURO, con todo lo que te juegas. Pero mantengo la tranquilidad ante todo, y sobre todo, cuando sé que son cosas que son falsas”, zanja por fin el cancerbero del Manchester United, después de haberse abierto públicamente por primera vez después de tanto tiempo. Se palpa cierto regusto de alivio en el cancerbero. Es momento de iniciar el Mundial y, de esta forma, dar carpetazo a aquellos malos augurios de la última gran cita intercontinental. Nada tiene que ver el prólogo de esa Eurocopa con esta cita en Rusia.

“Es una fase final del Mundial, siempre vas con las mismas ganas, la misma sensación de hacerlo bien y ayudar al equipo, de hacerte fuerte. Estamos con mucha ilusión, hay una buena selección, un buen grupo. Vamos con ganas”, analiza De Gea, ante la que es su segunda gran cita como titular. Esta vez, de manera indiscutible: “Suelo estar tranquilo siempre, la verdad. Pero cuando cuentas con la confianza del míster y los compañeros siempre sales al campo con más confianza, más tranquilo. E intentar ayudar al equipo en todo lo que pueda”. De Francia a Rusia. Dos años de por medio. Pero un mundo de distancia para De Gea entre una cita y la otra.

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