La carrera deportiva de Zinedine Zidane siempre ha estado marcada por el éxito, tanto como jugador como entrenador. No en vano, el preparador galo consiguió este domingo ante Gremio su octavo título desde el banquillo, seis de ellos conseguidos en finales a partido único.
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El idilio del galo con las finales arrancó con la Undécima Champions y se ha cerrado momentáneamente con el Mundial de Clubes conseguido en los Emiratos Árabes Unidos. Un pleno de entorchados a los que habría que añadir el campeonato de LaLiga 2016-17 y la Supercopa de España 2017, final disputada a doble encuentro ante el Barcelona.
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Paradojas de la vida, Zidane colgó las botas justo el día en el que Francia caía en los penaltis ante Italia en la final del Mundial de 2006. Pese a sufrir este infortunio en la antesala del título, además de ser expulsado en aquella cita por el célebre cabezazo a Materrazzi, su trayectoria como técnico no se ha visto afectada, como ha quedado demostrado en este Mundial de Clubes, el que le consagra ya como el segundo mejor entrenador de la historia del club blanco.
