Sergi Roberto Barcelona PSG Champions League 08032017Getty Images

Sergi Roberto ya es uno de los grandes: "que no sea mi última renovación"


EDITORIAL

A los veintiséis años ya nadie discute la importancia de Sergi Roberto en el seno del vestuario del Barcelona. Titular indiscutible desde que Luis Enrique Martínez le ofreciera hacerse cargo del lateral derecho tras el adiós de Dani Alves en 2015, su presencia es una garantía y ni Aleix Vidal primero ni Nélson Semedo después han logrado moverle del once. "Era una posición nueva para mí pero quería ayudar al equipo y me sirvió para ganar la continuidad que deseaba" acepta sin rechistar a pesar de haberse ganado con creces un sitio como centrocampista, su posición natural.

Hace tiempo que el canterano está llamado a formar parte del selecto grupo de jugadores que custodian el éxito del modelo formativo, desde Pep Guardiola a él mismo, pasando por Xavi Hernàndez, Andrés Iniesta, Sergio Busquets o el mismísimo Leo Messi, con quien se entiende de maravilla. "Es que es muy fácil entenderse con él" puntualiza para recordar que "nos hace mejores a todos". Bajo su paraguas aquel chico que llegó de Reus para jugar en el Cadete ya es uno de los modelos de la cantera, igual que para él lo fueron algunos de los que hoy son sus compañeros de equipo.

"Ojalá pueda seguir sus pasos porque he peleado mucho para llegar hasta aquí y no voy a dejar a escapar la oportunidad de seguir" advirtió en el evento en el que plasmó su renovación hasta 2022, cuando contará con treinta años. Llegar aquí, no obstante, no ha sido nada fácil. Porque a pesar de debutar en 2011 en un escenario tan señalado como el Santiago Bernabéu le costó encontrar cierta continuidad. "Los jóvenes nos apoyábamos los unos en los otros, era duro no ir convocado pero aprovechaba para ponerme en forma y estar al máximo nivel, quería jugar y no lo hacía pero sabía que trabajando la oportunidad llegaría, porque los entrenadores estaban contentos con mi trabajo".

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Roberto "no bajó los brazos en ningún momento y por eso es un ejemplo para todos los jugadores de la Masía" explicó el presidente, Josep Maria Bartomeu, quien además agradeció públicamente que el centrocampista hubiera rechazado "ofertas más importantes económicamente para seguir en el Barcelona". Hasta hoy su cláusula era de apenas cuarenta millones de euros, apetecible para cualquier grande del fútbol europeo que quiera contar con uno de los futbolistas más polivalentes y tácticamente disciplinados del planeta. "Siempre quise quedarme porque llegué muy pequeño, tenía el objetivo de quedarme todo el tiempo que fuera posible, estoy muy contento de firmar hasta 2022 y más que lo estaré si acaban siendo más años" resuelve.

Hizo bien quedándose. Porque ya atesora momentos inolvidables como jugador barcelonista, como ser el autor del sexto gol ante el PSG la temporada pasada, el que culminó la remontada más salvaje de todos los tiempos. "Este gol siempre me acompañará" repetía con una media sonrisa. Porque Roberto lleva al Barcelona en su corazón. Si se queda no es por cuestión de dinero, como desveló Bartomeu. Es porque "siempre he pensado que estoy en el mejor equipo del mundo y no me iré ahora que disfruto de minutos y soy importante". Solo espera una cosa. "Que esta renovación no sea la última".

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