Isco Omid Ebrahimi Spain Iran World CupLUIS ACOSTA/AFP/

Isco ya es el faro de España

Dicen que no hay nada que el tiempo no cure. Y tras el lógico agobio de la ajustada victoria ante Irán (0-1), la selección española llegó al partido con Marruecos con algo más de tranquilidad, valorizando los tres puntos por encima de las inesperadas apreturas que atravesó ante el cuadro persa. Y si hay algo que el tiempo ha ayudado también a asentar es la sensación de que el relevo generacional en La Roja no va a esperar al final de este Mundial. Ya estamos asistiendo a él, partido a partido. Y con un exponente claro en los tres partidos que se llevan disputados en Rusia hasta el momento: Isco Alarcón. El que ya es el faro indiscutible de la Selección Española. 

En los dos primeros encuentros, fue de lo mejor. Ante Marruecos, en una situación complicada, apareció con un gol y completó su mejor actuación en lo que va de torneo en un duelo en el que lideró a su equipo en ataque, fue el que más tocó el balón, el que más centros puso, el que más pases que provocaron disparos.

Tras quedarse fuera de la EURO 2016 por decisión técnica, el malagueño ha ido poco a poco asentándose en el conjunto nacional estas dos temporadas hasta ser un indiscutible en el once inicial. Su condición alterna en el Real Madrid nunca fue un motivo para la incertidumbre en Lopetegui (y ahora tampoco en Hierro). Y de ahí que su peso haya ido ascendiendo exponencialmente también. No es un secreto que el malagueño se encuentra la mar de cómodo en la Selección Española, de la misma manera que ni Lopetegui ni el propio Isco tampoco escondieron nunca que había una química especial entre ellos como a lo mejor no tenía en el Real Madrid, o en otros momentos de su carrera. Y de aquellos barros, estos lodos. 

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Pues tras los partidos ante Portugal e Irán, hablar de Isco es hablar del eje sobre el que gira el fútbol de España. Desde su posición en la medular, y comprobando los mapas de calor, el malagueño resulta ser el que más campo abarca de entre el resto de centrocampistas. Véase los Busquets, Iniesta y Silva. Y causa o consecuencia de ello, Isco es por tanto el jugador que más y mejor conecta con sus compañeros.

Ante Irán, el ‘22’ fue el que más pases dio de todo el equipo español (103). Y el que más en campo contrario (86). Con un altísimo porcentaje de acierto del 92%, por encima de los baremos de Silva (91%), de Iniesta (87%) y de Lucas (68%), los otros tres medios con los que compartió espacio sobre el césped del Kazan Arena. Ante Portugal sucedió exactamente igual, siendo el centrocampista que más pases dio (94), y el que mejor acierto tuvo (95%). 

Números y estadísticas que no hacen sino corroborar las sensaciones sobre el césped. Las que hablan de un jugador que es el mejor aliado de sus compañeros. El salvavidas al que agarrarse cuando al equipo le falta el aire y el espacio en el que subsistir. El futbolista que, cuando lo ordinario no es suficiente, está en condiciones de poder recurrir a sus recursos extraordinarios para romper la defensa rival. Aun cuando no haya podido participar directamente de ninguno de los cuatro goles de España todavía. Pero no parece casualidad que haya sido, junto a Busquets, el único mediocampista que ha jugado todos los minutos con España. Ni Silva, ni Iniesta, ni tampoco los jóvenes Koke y Thiago pueden presumir de ello. Tiene sentido. Por el momento, la suerte de España en este Mundial ha sido la suerte de Costa… y de Isco.

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