Santiago Arzamendia Cerro Porteño Copa Libertadores 2018Alexandre Schneider/Getty Images

Quién es Santiago Arzamendia, el tapado que le dijo que no a la Selección argentina

Santiago Arzamendia es un completo desconocido para el futbolero argentino medio. A pesar de que nació en Misiones hace 20 años, el zurdo no tiene ningún tipo de experiencia en clubes nacionales, ni paso por ninguna Selección juvenil: desde los 13 años está en Cerro Porteño y, por contar con la doble nacionalidad paraguaya, apenas comenzó a destacarse en el club guaraní su nombre empezó a asociarse con la Albirroja. Sin embargo, sus últimas actuaciones no pasaron desapercibidas para Lionel Scaloni quien, atento, estudiaba la posibilidad de convocarlo para la Albiceleste. Sin embargo, el propio jugador desestimó la posibilidad.

La aparición de Arza, tal como lo conocen en el azulgrana, en el radar del cuerpo técnico argentino tenía que ver con que juega como lateral izquierdo, un puesto donde el combinado nacional tuvo problemas para encontrar variantes en los últimos años. Si bien durante todo su trayecto formativo se destacó como mediocampista por la banda, apenas subió a Primera fue corrido a la defensa, donde se convirtió en una de las grandes revelaciones del campeonato paraguayo.

Después de debutar en 2015 con apenas 17 años, el misionero recién se asentó en Cerro en la segunda parte de 2017 de la mano de Leonel Álvarez, quien le dio la continuidad necesaria y rápidamente encontró sus frutos: el argentino es uno de los puntos más altos del equipo en lo que va de 2018, donde ya marcó 4 goles en 24 partidos en el torneo paraguayo, lo que llevó a que su nombre empezara a sonar para el seleccionado guaraní. Incluso, el propio jugador había reconocido que soñaba con ponerse la camiseta del país donde nació su padre. Y ahora, ante la seductora chance de Argentina, lo ratificó.

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Llegar a este presente no fue sencillo para Arzamendia, quien durante todo su paso por Inferiores estuvo solo en Asunción y más de una vez estuvo a punto de volverse a su provincia natal: "A veces no tenía plata ni para pagar el boleto, me iba a pie a la práctica. Salía con dos horas de anticipación y después me volvía también caminando. Hubo un momento en el que estuve a punto de volver junto a mis padres, estaba esperando que me llegaran los pasajes. Por suerte pude aguantar", contó en declaraciones a distintos medios paraguayos.

Hoy, la realidad es bien distinta. Luego de la gran actuación que tuvo en el partido de vuelta de los octavos de final de la Copa Libertadores frente a Palmeiras, en el que marcó el gol del triunfo del Ciclón en tierras brasileñas (que no alcanzó para clasificar), el nombre del misionero empezó a sonar con fuerza para la Albiceleste y desde la AFA llegaron a contactarse con él para interiorizarse sobre su situación. Sin embargo, la respuesta recibida no fue la esperada. Y en Paraguay ya empiezan a frotarse las manos.

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