El vínculo entre Lionel Messi y la Selección argentina tiene una fecha fundacional: aquel 29 de junio de 2004, en el que Leo tuvo su presentación en un amistoso del combinado Sub 20, que por ese entonces conducía Hugo Tocalli ante Paraguay, en el estadio de Argentinos Juniors a medio llenar. Sin embargo, la historia entre ambos comenzó un par de años antes, en octubre de 2002, en un hotel de Barcelona.
En mayo de 2014, en vísperas del Mundial de Brasil, se lanzó el libro Elegí creer, de la Fundación Leo Messi. En el mismo se cuenta la lucha de superación del pibe rosarino para convertirse en el mejor del mundo. Y en una de sus páginas, relata cómo fue aquel primer contacto con la Albiceleste.
Marcelo Bielsa estaba de gira por Europa para hablar con los futbolistas y avisarles que continuaría en el cargo a pesar de la eliminación en primera ronda en Corea-Japón. Entonces, en su paso por la capital catalana, Claudio Vivas recibió un VHS con el rótulo "Messi" en la recepción del hotel. Otras versiones, en cambio, aseguran que quien se acercó al Hotel Princesa de Sofía para presentarle el video fue Jorge, su papá.
Sea como fuere, Vivas levantó el teléfono y marcó el número de Tocalli para recomendarle que convocara al chico para el Mundial Sub 17, a disputarse en Finlandia en 2003, antes de que se lo llevara España. La respuesta del DT fue negativa: ya tenía el grupo armado, pero igual se comunicó con la familia bajo la promesa de que sería tenido en cuenta más adelante. Pero tampoco lo llamó para la Copa del Mundo Sub 20 en Emiratos Árabes, a fines de ese mismo año, a pesar de contar hasta con el visto bueno de José Néstor Pékerman, quien ya se había juntado con Lionel.
Mientras tanto, la Real Federación Española de Fútbol insistía. Mientras los Messi decían "no", la RFEF, aseguran, hasta le ofrecía dinero. Pero ellos elegían la cautela y le tomaban la palabra a ese hombre que le había negado dos veces seguidas la posibilidad al nene de ponerse la '10' celeste y blanca. Hasta que el 30 de marzo de 2004, Hugo y Julio Grondona se encontraron cara a cara en la cancha de River luego de un triunfo de la mayor por 1-0 ante Ecuador y llegaron a la conclusión de que había que inventar algo para que el jovencito juegue para Argentina.
Las versiones que rodean a aquel encuentro ante Paraguay son, como mínimo, extrañas. Ambos habían jugado dos días antes en Asunción y los paraguayos terminaron presentando un Sub-22. A Gabriel Brazenas lo llamaron 24 horas antes para pedirle que dirija el partido. La entrada para el público fue una donación de papeles para el Hospital Gárraham.
El destino, o más bien la insistencia, hizo que, finalmente, aquel 29 de junio, con 17 años recién cumplidos, Leo se ponga -justamente- la '17' y entre en el segundo tiempo en lugar de Matías Abelairas. Quedará en el recuerdo esa corrida que hizo a los 35' para marcar el 7-0 (terminó 8-0), una marca registrada durante la siguiente década del fútbol mundial.
