Fuente: Opta

Cuando Messi encontró a Dembélé


ANÁLISIS

Poco a poco el barcelonismo va entendiendo de qué es capaz Ousmane Dembélé. Ante el Chelsea se estrenó como goleador tras aprovechar un pase de Leo Messi, quien lleva algunos partidos buscándole con el objetivo de aclimatarle cuanto antes. Los golpes en la espalda que el rosarino profirió al francés tras anotar el 2 a 0 frente al campeón inglés durante la celebración con los compañeros bien certifican que Messi, el indiscutible líder del Barcelona, ha acogido Dembélé bajo sus alas.

Fue el elegido del club para reemplazar a Neymar Da Silva, un futbolista con quien el 'diez' se entendía a la perfección dentro y fuera del terreno de juego, y poco a poco Messi ha ido buscándole hasta darle la oportunidad de celebrar su primer tanto en azulgrana. Fue un gol en el que el rosarino le esperó inequívocamente tras zafarse de Cesc Fàbregas. Luis Suárez engañó a la defensa inglesa, que picó el anzuelo, y abrió una autovía de cuatro carriles para que Dembélé llegara desde la segunda línea, recibiera el balón que le servía Messi y pudiera acomodárselo antes de fusilar a Thibaut Courtois y cantar su primer tanto como barcelonista. Esta conexión entre el maestro y su nuevo alumno no es gratuita, tal y como demuestra la estadística.

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Porque Messi llevaba días buscando a Dembélé. El francés reapareció el pasado 11 de febrero tras recupearse de su última lesión muscular y desde entonces no ha parado de crecer bajo el paraguas del rosarino... y también sin él. En su primer partido ante el Getafe sustituyó a Paco Alcácer y se instaló en el extremo derecho, asociándose especialmente con Ivan Rakitic y Sergi Roberto, los jugadores que, posicionalmente hablando, más cerca tenía. Messi apenas le sirvió un solo balón, pero fue la antesala de lo que estaba por venir.

Rakitic incluso aumentó el tráfico de balones al francés en su segundo partido junto a Dembélé -no jugó en la Liga frente al Eibar-, que aquel día ante el Girona se asoció con Nélson Semedo, titular en el lateral derecho aunque Roberto tuviera que sustituirle al caer lesionado. Messi, no obstante, miró al francés constantemente. Hasta 9 balones le brindó en el 6 a 1 con el que se saldó el derbi catalán. Dembélé no marcó pero asistió a Luis Suárez en el tanto que cerró la goleada. Tras jugar 90 minutos por primera -y única- vez la prensa halló consenso a su alrededor: fue su mejor partido hasta entonces.

Y un día llegó Dembélé

Ante Las Palmas sustituyó a Andrés Iniesta y a pesar de gozar de apenas media hora Messi todavía tuvo tiempo de servirle un balón. Ante el Málaga el rosarino se ausentó debido a su paternidad y fue Luis Suárez quien mantuvo las directrices de Messi: que Dembélé se sienta importante. Hasta cinco pases recibió ese día de parte del uruguayo, mientras Rakitic y Roberto reforzaban todavía más la conexión de los anteriores partidos en la banda derecha. Lo mejor, sin embargo, llegó con el Chelsea.

Titular en en el primer partido a vida o muerte de la temporada, el francés estuvo más participativo que nunca y Messi siguió buscándole hasta que al fin llegó el anhelado gol que debe abrir una era. Su era. Porque el 'mosquito' Dembélé crece en cada partido que pasa y 'la pulga' de Rosario, además, ha dado su bendición en el terreno de juego, donde su palabra es la ley.

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