OPINIÓN
Gareth Bale llegó al Real Madrid en 2013, curiosamente el mismo verano en que se marchó Kaká. Bale, como Kaká en 2009, era el futbolista más caro del mundo cuando fichó por los merengues, así como ambos fueron peticiones expresas de Florentino Pérez, al que gustan los galácticos por encima de todo.
Florentino fue el último en darse cuenta de Kaká no iba a ser el del Milan en el Real Madrid, y seguro que no esperaba que el trabajo de Bale en el equipo de Zidane terminase siendo tan discreto a estas alturas.
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Mientras nadie duda de los éxitos de Bale con el Real Madrid a nivel colectivo, con dos Champions League incluídas, en el plano personal las dudas son mayores y, de hecho, parece estancado.
Mientras Cristiano continúa a pleno rendimiento a sus 32 años, Bale se queda a la sombra, como le sucedió a Kaká, con lesiones que lo han apartado del equipo en demasiadas ocasiones durante las dos últimas temporadas.
Hasta el momento solo ha disputado la mitad de los minutos posibles en LaLiga desde la temporada 2015/16. En la presente campaña, solo 19 de 32 partidos de Liga y solo en 10 ocasiones disputó los 90 minutos de juego.
Números demasiado bajos para un jugador del que se esperaba tanto y que se ha visto demasiado condicionado por las lesiones. La última de ellas lo dejó fuera del Clásico a mitad de partido después de haberle dicho a Zidane que estaba al 100% para jugar. Probablemente esta dolencia lo deje fuera de, al menos, la ida de las semifinales de Champions. La BBC puede asustar sobre el papel, pero lo cierto es que Gareth Bale ha faltado a su cita en demasiadas ocasiones.
Así todo, Florentino Pérez volvió a mostrar su confianza en Bale el pasado mes de octubre, cuando renovó su contrato con su correspondiente mejora salarial, que podría superar los 350.000 euros a la semana. Este verano el Real Madrid deberá tomar una decisión sobre un Bale con 28 años que ve como desciende su valor en el mercado según se acerca a los 30.
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En el caso de Kaká, por ejemplo, el Real Madrid gastó más de 100 millones en términos de fichaje e impuestos, y recuperó una cantidad muy pequeña cuando el brasileño regresó a Milán en 2013. Florentino debe pensar ahora muy seriamente sobre la durabilidad de un jugador como Gareth Bale que tantos problemas ha tenido con las lesiones.
La ilusión es verlo triunfar y retirarse con la camiseta del Real Madrid como una leyenda, pero por el momento la carrera de Bale con la camiseta merengue se parece más a la de Kaká que a la de Cristiano Ronaldo.
Por el momento, un jugador como Asensio va ganando protagonismo gracias a las bajas de su compañero de ataque, y quizás sea una mejor opción de futuro que el galés.
Hasta 17 lesiones sufrió Bale desde que llegó a la capital de España, con sus lesiones de sóleo haciendose prácticamente famosas en Madrid.
Ahora, el Real Madrid viaja a Riazor, una vez más sin Bale, el jugador que llegó para sustituir a un decepcionante Kaká al que está siguiendo los pasos vestido de blanco.
