28 de agosto de 2016. Por la primera fecha del Campeonato 2016, Boca enfrentaba a Lanús en la Fortaleza y perdía 1-0. Entonces, Guillermo Barros Schelotto decidía mandar a la cancha al recién llegado Ricardo Centurión, quien por entonces vestía la '26', y no la '10', que la llevaba Carlos Tevez. Faltaban solo 20 minutos para que terminara el partido y no pudo hacer demasiado para cambiar el resultado, pero sí para ganarse un lugar entre los once titulares. Un lugar que se potenció sin el Apache y que, ya sin él, ahora ocupa Edwin Cardona.
Guillermo Barros Schelotto pidió a lo largo del mercado de pases que no le desarmen el plantel que salió campeón. Ricky fue una de las víctimas, pero la dirigencia, en mayor medida le cumplió el deseo, lo que le permitió mantener la esencia de la última temporada. Pero la llegada del colombiano para reemplazarlo cambió el estilo del equipo: aunque el técnico lo puso en la misma posición -extremo por izquierda-, sus características le dan al Mellizo una variante que antes escaseaba.
Si bien los dos arrancan desde un lugar similar en el campo de juego, Cardona tiene una tendencia natural a tirarse al medio para asociarse con sus compañeros. La conexión con Fabra es una que ya sobresale, pero también se busca mucho con Gago (con 12 pases, fue con quien más se juntó), con Pablo Pérez y con Benedetto. Centu, en cambio, mucho más adepto al uno contra uno, una faceta en la que sacaba ventaja, no retrocedía tanto para buscar la pelota y jugaba unos metros más adelantado.
Diferencias y similitudes al margen, Boca no tardó tanto en reemplazar a su '10'. La explosiva salida de Centu generó un vacío que el mediapunta cafetero tapó rápidamente a pesar de no haber tenido su mejor partido: por momento se lo notó aislado y sin entrar tanto en el juego, aunque, cuando se integró, generó peligro. Tuvo una chance clara que le sacaron en la línea y asistió al Pipa en la jugada del penal. Caminos diferentes para ser igual de decisivos.
